Ssimbwa Lawrence es presbítero misionero de la Consolata; actualmente trabaja en Colombia.  


jueves, 31 de diciembre de 2020

EL AÑO NUEVO SEGÚN EL BEATO JOSÉ ALLAMANO

 

Una de las cosas que causa alegría en la mayoría de los pueblos del orbe, es la celebración del fin del año y la entrada al año nuevo. Es por eso que en varias culturas y religiones del mundo, se hace la fiesta del fin del año para luego dar la bienvenida al año nuevo. En algunas culturas, se celebra el fin del año con la quema de pólvora, basura, llantas viejas y muñecos, entre otros; todo ello como una manera de despedir el año viejo. Al mismo tiempo, varias personas hacen reflexiones en torno a lo que fue el año pasado y a lo que tal vez traería el año nuevo. Una de las personas que reflexionó mucho acerca del año nuevo es el beato José Allamano, fundador de los misioneros y las misioneras de la Consolata. Para él, el año nuevo significa lo siguiente:

Tiempo de empezar todo con energía: No hay mejor expresión para describir el año nuevo, como decir que es tiempo propicio de trabajar por lo proyectado  y soñado con energía y entusiasmo. Precisamente en el año nuevo, hay que arrancar todo con ardor.  Para el beato José Allamano, hay que empezar el año nuevo con energía “cada momento, sin desanimarnos nunca” (Así los quiero, pg 104).  La energía y el ánimo, son dos elementos importantes para la ejecución de lo proyectado en la misión. No se trata de tener energía y animo por unos momentos, debe ser algo constante. La constancia siempre permite conseguir lo soñado y proyectado.

Tiempo para pensar en el presente: El presente que está en nuestras manos es el año nuevo que apenas iniciamos. Dios mediante, todo lo que se proyecta, todo lo que se piensa mejorar y corregir, serán realizados en este año nuevo. Por eso, el beato José Allamano es muy categórico que en el año nuevo “no debemos pensar en el pasado;  el presente está en nuestras manos” (Así los Quiero, p. 105). El año nuevo nos da la oportunidad de evaluar el recorrido realizado en el año pasado, para que se pueda ofrecer los mejores servicios pastorales-misioneros. Pensar en el presente es aterrizarse a la realidad actual de la misión y proyectar su porvenir. 

Oportunidad para utilizar bien la gracia de cada tiempo: Se entiende la gracia como “el favor, el auxilio gratuito que Dios nos da para responder a su llamada: llegar a ser hijos de Dios” (Catecismo de la Iglesia Católica, no. 1996). El Señor en cada año nos regala las gracias necesarias para poder responder a las exigencias de su Reino. Al respecto, José Allamano nos ayuda a entender que el “tiempo pasa y no regresa. Si no estamos atentos en responder a la gracia de cada uno de los momentos que componen un año, no podremos volver atrás para recuperarla; como el tiempo, la gracia que no sabemos recibir en su momento, se pierde para siempre” (Así los quiero, p. 105). Es decir, debemos aprovechar cada momento para hacer el bien en pro de la construcción del Reino del Señor.

Tiempo para reparar nuestras debilidades: “En este nuevo año es necesario que nos comportemos como si fuera el ultimo de nuestra vida” (Así los quiero, p. 105). El año nuevo es una oportunidad dorada para mejorar nuestros comportamientos. Es una oportunidad dorada para mejorar nuestra relación con Dios y con el prójimo. Es una oportunidad preciosa para hacer el examen preventivo con el fin de reparar las debilidades pasadas que tal vez, no nos hicieron brillar bien en nuestro ser de consagrados y nuestra tarea evangelizadora. Es una oportunidad dorada para reflexionar sobre la razón de ser de nuestra misión en la Iglesia. En fin, el año nuevo es una ocasión propicia para hacer bien las cosas en pro de la evangelización de los pueblos y la construcción del Reino del Señor en los lugares que Él nos ha confiado.

Conclusión

Al iniciar el año 2021, el beato José Allamano nos recuerda que “es importante apuntar bien la mira. Tratemos de pasar este nuevo año lo mejor posible; si habrá debilidades, tratemos de repararlas enseguida, que no haya ningún día inútil. ¡Que el nuevo año sea un año con tantas bendiciones para nuestros institutos, para las misiones, para los misioneros y las misioneras” (Así los quiero, p. 106). Que Nuestra Señora La Consolata y el beato José Allamano intercedan por nosotros, para poder navegar exitosamente en este año nuevo que apenas iniciamos.

 

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