Ssimbwa Lawrence es presbítero misionero de la Consolata; actualmente trabaja en Colombia.  


lunes, 19 de junio de 2023

20 de junio: Fiesta de Nuestra señora de la Consolata.

El 20 de junio es la fiesta de nuestra Señora de la Consolata, Patrona de misioneros y misioneras de la Consolata. Vale la pena  hacernos esta pregunta: ¿Por qué se celebra la fiesta de la Consolata en esa fecha? Es importante conocer la historia. Según la tradición, San Eusebio fue exiliado a Palestina por el emperador Constancio en el año 354, quien al regresar le trajo a su amigo San Máximo una imagen de la Virgen María, cuya autoría se le atribuye a San Lucas. Sin embargo, el cuadro de la Virgen desapareció debido a la destrucción de la capilla donde estaba depositado por las invasiones de los pueblos nórdicos.

Alrededor del año 1104, un hombre ciego llamado Jean Ravais, oriundo de Briançon (Francia), recibe un mensaje de parte de la Santísima Virgen indicándole el lugar donde se encontraba el cuadro, que debía ser rescatado, prometiéndole devolverle la vista. El lugar indicado por la Virgen era la torre de una Iglesia. El ciego después de enfrentar numerosas dificultades emprendió el viaje. El 20 de junio de dicho año, en presencia del obispo, sus sacerdotes y el pueblo, comenzaron las excavaciones. La imagen que había perdido apareció debajo de las ruinas. Fue el obispo quien sacó la imagen de la Virgen María de entre los escombros y la expuso a la vista de todo el pueblo allí congregado. El obispo exclamó: “¡Ruega por nosotros, Virgen Consoladora!” y la gente respondió: “Intercede por tu pueblo”. Según la tradición, en ese momento, el ciego Jean Ravais recobró la vista.

Beato José Allamano y la fiesta de la Virgen Consolata

No se puede hablar de la fiesta de la Virgen Consolata sin ninguna mención al Beato José Allamano. Él era un apasionado devoto de la Virgen Consolata. Su devoción a la Consolata la transmitió a los misioneros y las misioneras de la Consolata, ambos institutos fundados por él. Les exhortó a ser devotos a la Virgen Consolata por estas razones: “La Virgen, bajo todas las advocaciones, es una sola; pero ustedes séanle devotos, especialmente bajo el titulo de Consolata” (Así los quiero, p. 222). Además, para José Allamano los misioneros y las misioneras son pupilas de los ojos de la Consolata: “Sí, nuestra Madre muy tierna, que nos ama como la pupila de sus ojos, que pensó en nuestro instituto, lo sostuvo en todos estos años material y espiritualmente, y siempre está lista para responder a nuestras necesidades” (Así los quiero, p. 222).

El padre José Allamano reiteró a los misioneros y las misioneras a que “la Virgen Consolata es especialmente nuestra y tenemos que estar felices de tenerla como Protectora, estar santamente orgullosos de que nuestro Instituto se llame de la Consolata. Tratemos de merecer cada día más el hermoso titulo que nos ha dado. Somos Consolatinos. Debemos sentirnos afortunados por llevar el nombre de la Virgen” (Así los quiero, p. 223). Para ello, para los misioneros y las misioneras de la Consolata, esos son unos de los motivos de celebrar la fiesta de la Consolata con entusiasmo y alegría. Aunque todas las fiestas de la Madre de Dios son importantes, la fiesta de la Consolata merece una atención especial porque es la que les pertenece a los misioneros y las misioneras fundados por el beato José Allamano.

La importancia de la fiesta de la Consolata.

La fiesta de la Virgen Consolata es celebrada el 20 de junio de cada año. Esa fecha es sumamente importante, pues es la celebración del día de la Patrona de los misioneros y misioneras de la Consolata. La importancia de la fiesta de la Consolata radica en los siguientes motivos:

La Virgen Consolata es la Fundadora y Patrona de los Institutos de la Consolata. Es importante notar que una fundadora es la que establece la obra y la sostiene. Y un patrón o patrona es jefe o jefa de un grupo de personas. Dice claramente el beato José Allamano que la Virgen Consolata es la verdadera fundadora de los misioneros y las misioneras de la Consolata. Ella le inspiró a fundar a los dos institutos misioneros para la evangelización de los pueblos. Esta fiesta es la celebración del día de la Madre de misioneros y misioneras de la Consolata. Dicha fiesta sirve de oportunidad para agradecer al Señor por el regalo de la Madre Consolata quien siempre sostiene e inspira la misión de los misioneros y misioneras fundados por el beato José Allamano.

Es la fiesta del Instituto: Los misioneros de la Consolata no tienen otra fiesta más importante que la de  20 de junio, pues es la fiesta del Instituto. Dicen claramente las Constituciones que “la solemnidad de la Consolata es nuestra fiesta principal” (Const, no. 11.1). El beato José Allamano, padre y maestro de los misioneros y las misioneras de la Consolata afirma que “la Consolata es especialmente nuestra y tenemos que estar felices de tenerla como Protectora” (Asi los quiero, p. 223). Igualmente reitera: “Para nosotros los hijos e hijas predilectos de la Consolata, ¿es importante esta fiesta? ¡Es todo!” (Asi los quiero, p. 224). Aunque la Virgen tiene más advocaciones, para misioneros y misioneras de la Consolata, el 20 de junio es la fiesta del Instituto y de todas las obras que llevan el nombre de la Consolata.

Memoria de la historia y tradición del Instituto: La fiesta patronal es la celebración de la memoria histórica de una comunidad o institución. A través de ella, se vive en el presente la historia y se celebra las tradiciones entrañables a una comunidad o un pueblo. La tradición de una comunidad o un pueblo es una costumbre que se comunica, se transmite y se mantiene de generación en generación. Para los misioneros y misioneras de la Consolata, el 20 de junio es tambien la celebración de la historia de la devoción a la Virgen Consolata. Es una tradición que se viene celebrando desde hace varios siglos especialmente en la región Piamontesa en Italia. Esa tradición hace parte de la historia de los dos institutos misioneros de la Consolata.

Conclusión

La celebración de la fiesta de Nuestra Señora de la Consolata es un momento de agradecimiento al Señor por la historia de los misioneros y las misioneras de la Consolata cuya existencia está íntimamente relacionada con la Virgen Consolata. Ella es su Madre y Patrona. Ella sostiene e inspira siempre la obra evangelizadora de los misioneros y misioneras de la Consolata en todo el mundo.

 

 

lunes, 5 de junio de 2023

Los mártires de Uganda y su papel en la evangelización en África.

En el martirologio de la Iglesia, el 03 de junio de cada año se celebra la memoria de los mártires de Uganda. Es importante notar que, los mártires de Uganda son los 22 mártires cristianos católicos que fueron quemados vivos por orden del rey Mwanga II del reino de Buganda entre 15 de noviembre de 1885 y el 27 de enero de 1887. Los mártires de Uganda en su mayoría fueron quemados en Namugongo donde actualmente está construida la basílica menor en honor a ellos. Fueron condenados a muerte de una manera más cruel por ser seguidores de Jesucristo. En Uganda el 03 de junio es una fiesta nacional que ha jugada un papel enorme en la unificación del país, la promoción del ecumenismo y el dialogo interreligioso.

La influencia de los mártires de Uganda en la evangelización en África.

Los mártires de Uganda han jugado un papel enorme en la evangelización del continente africano. Siendo ellos los primeros mártires reconocidos por la Iglesia en África subsahariana, su testimonio impactó bastante a las sociedades en todo el continente. Para ello, su influencia puede entenderse de la siguiente manera:

Apertura de una nueva era del cristianismo en África subsahariana: Los mártires de Uganda abrieron una nueva era del cristianismo en el continente africano. De hecho, al respecto afirmó el Papa Pablo VI: “Estos mártires africanos abren una nueva época, no queremos decir ciertamente de persecuciones y de luchas religiosas, sino de regeneración cristiana y civilizada. El África, bañada por la sangre de estos mártires, primicias de la nueva era” (Homilía del Papa Pablo VI en la canonización de los 22 mártires de Uganda, el 18 de octubre de 1964). Al momento de su martirio, la fe cristiana-católica no llevaba mucho tiempo en África subsahariana. En el caso de Uganda, los misioneros de Africa o los padres blancos como se les solía llamar por el color blanco de su sotana, no llevaban mucho tiempo desde que habían empezado la evangelización. De hecho, llegaron a Uganda el 17 de febrero de 1879 e inmediatamente iniciaron la evangelización con los pajes de la corte del rey Mwanga II del reino de Buganda. Los mártires de Uganda eran algunos de sus primeros neo-catecúmenos y el primer martirio aconteció el 15 de noviembre de 1885 en la persona de san José Mukasa Balikuddembe, primer mártir de los 22.

Los mártires de Uganda fueron beatificados en 1920 por el Papa Benedicto XV y canonizados el 18 de octubre de 1964 por el Papa Pablo VI. Prácticamente fueron los primeros santos canonizados en Africa sub-sahariana y así abrieron una nueva página en el santoral y martirologio de la Iglesia. Así que, la sangre de los mártires de Uganda se convirtió en la semilla fecunda del cristianismo en África.

La fuerza motriz de su testimonio en la evangelización: Todos los mártires son máximos testigos de la fe en Jesucristo. El martirio es la coherencia más profunda entre la profesión de la fe y la vida cotidiana. El martirio sella definitivamente la vida del hombre como configurada con la vida de Cristo, que acabó en la muerte por el mensaje predicado sobre el Padre que lo envió. Asimismo, el martirio es entendido como el bautismo de sangre. La razón de esto no sólo está en que el martirio es la expresión más alta del amor a Dios, sino también en que por el martirio se realiza de manera real lo que en el bautismo acontece a manera de signo sacramental: morir juntamente con Cristo para resucitar con Él (Rom 6, 3-11).

Tanto en Uganda como en el resto del continente africano, su veraz testimonio de Cristo es de inestimable valor. Nunca se había escuchado antes en Africa subsahariana un testimonio de Jesucristo de ese grado. Por eso, el testimonio de los mártires de Uganda fue una semilla fecunda para la evangelización tanto en Uganda como en el resto del continente africano.

Las vocaciones nativas: La Iglesia en Uganda y en varias partes de Africa creció considerablemente en poco tiempo después de la llegada de los primeros misioneros de diferentes congregaciones que evangelizaron al continente. En caso de Uganda, los misioneros de África llegaron en 1879. En 1913 los primeros sacerdotes nativos del entonces vicariato de Masaka fueron ordenados y el 29 de octubre de 1939, el padre Joseph Kiwanuka, del clero de Masaka, fue consagrado obispo en Roma por el Papa Pio XII. Es importante notar que, él fue el primer obispo africano de todo el continente. Asimismo, en varias iglesias particulares del África crecieron rápidamente las vocaciones sacerdotales y a la vida religiosa. En Tanzania, los primeros sacerdotes católicos nativos fueron ordenados en 1917. En Kenya los primeros sacerdotes católicos nativos fueron ordenados en 1927 en el entonces vicariato de Nyeri. Posteriormente, la Iglesia de Tanzania produjo el primer cardenal africano en la persona de  monseñor Laureano Rugambwa quien fue elevado al cardenalicio en 1960 por el Papa Juan XXIII.  Asi que, el testimonio de los mártires de Uganda jugó un papel enorme en el crecimiento vocacional en varias iglesias particulares y comunidades religiosas en el continente africano.

La influencia de sus nombres en varios países africanos: Varias personas llevan el nombre de los mártires de Uganda en honor a ellos y son patrones de muchas instituciones educativas católicas, institutos catequéticas, provincias eclesiásticas, etc. La influencia de sus nombres es universal. Los nombres más influyentes de los mártires de Uganda son Carlos Lwanga el que fue su líder, Matia Mulumba y Kizito. En 1934, el Papa Pio XI nombró a san Carlos Lwanga, patrono de la juventud del África cristiana, san Matia Mulumba es patrono de catequistas y familias, y san Kizito es patrono de la niñez y escuelas primarias. En países como Uganda, Congo, Kenia, Tanzania, Ruanda, es muy común encontrar alguien en cada familia que lleva el nombre de los mártires de Uganda.

Otros mártires del continente africano: Los primeros mártires canonizados por la Iglesia en Africa subsahariana fueron los 22 mártires de Uganda. Sin embargo, posteriormente se añadió a ellos otro listado de mártires en distintos lugares del continente. Por ejemplo, beato Isidoro Bakanja, mártir congolés que fue beatificado el 24 de abril de 1994 por el Papa Juan Pablo II, beato Cipriano Iwene Tansi de Nigeria que fue beatificado el 22 de marzo de 1998 por el Papa san Juan Pablo II, los beatos Daudi Okelo y Jildo Irwa, catequistas y mártires ugandeses que fueron beatificados el 20 de octubre de 2002 por el Papa san Juan Pablo II, los Siervos de Dios Luísa Mafu y sus Compañeros catequistas y mártires de Guiúa en Mozambique. El testimonio de fe de esos mártires ha impulsado el anuncio del Evangelio en África.

Conclusión

Dijo Tertuliano en el año 197 después de Cristo que “la sangre de los mártires es semilla de los cristianos”. De hecho, el testimonio de fe en Jesucristo de los mártires de Uganda ha sido una fuerza motriz de la evangelización en varias partes de África. Para ello, la fiesta de los mártires de Uganda que se celebra el 03 de junio de cada año, es para agradecer a Dios por el regalo de los mártires cuyo ejemplo y fidelidad a Cristo han contribuido a la cimentación de la fe cristiana en el continente africano.