Ssimbwa Lawrence es presbítero misionero de la Consolata; actualmente trabaja en Colombia.  


miércoles, 14 de octubre de 2020

LA IMPORTANCIA DE OCTUBRE MISIONERO


La misión siempre es la tarea y la vida de la Iglesia. En todos los meses, la iglesia  lleva a cabo su tarea evangelizadora, pero octubre tiene una trascendencia especial por ser el mes de las misiones. Es un mes por medio del cual se enfatiza mucho el compromiso misionero de cada bautizado, y la animación misionera tanto en la iglesia universal como en las iglesias particulares. El ser misionero le atañe a cada bautizado porque Jesucristo envió a todos sus discípulos a predicar el evangelio a cada rincón del mundo (Mt 28, 16-20). En fin, el octubre misionero es para despertar la conciencia misionera de los fieles, pues por la virtud del bautismo todos somos discípulos misioneros de Jesucristo.

¿QUE ES OCTUBRE MISIONERO?  El mes de octubre no es diferente de otros meses pero es especial en la Iglesia Católica porque es el mes de las misiones y del santo Rosario. Es importante notar que la única tarea de la Iglesia es anunciar el evangelio, sobre todo, a los que no conocen a Jesucristo, a los que han dado la espalda a la Iglesia y a los bautizados indiferentes a la fe. Para ello, este mes misionero es muy importante por las siguientes razones:

El octubre misionero nos ayuda a entender que la MISIÓN ES LA TAREA PRIMORDIAL DE LA IGLESIA, PUES ELLA EXISTE PARA EVANGELIZAR. Pues “evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe para evangelizar, es decir, para predicar y enseñar, ser canal del don de la gracia, reconciliar a los pecadores con Dios, perpetuar el sacrificio de Cristo en la santa Misa, memorial de su muerte y resurrección gloriosa” (Evangelii Nuntiandi, no. 14). Esa es la tarea de siempre de la Iglesia para que Jesucristo sea reconocido, amado y considerado el punto de referencia para el hombre de cada época. Por eso, en el mes de octubre se intensifica siempre la evangelización en todos los ambientes del diario vivir de la humanidad.

El octubre misionero nos ayuda a DESCUBRIR QUE TODOS SOMOS MISIONEROS. La tarea de anunciar a Jesucristo no es exclusivamente para el papa, los obispos, los sacerdotes y religiosos, es decir, la jerarquía de la Iglesia, sino que, es una actividad que les incumbe a todos los bautizados. Por el Sacramento del bautismo, cada bautizado se convierte en discípulo misionero de Jesucristo (Mt 28, 19).  Cada bautizado aporta con su carisma, inteligencia, dones y capacidades al anuncio de Jesucristo, único Salvador del mundo. El aporte evangelizador del bautizado es fruto del encuentro amoroso con Jesucristo. Ese encuentro gozoso del creyente con Jesucristo le motiva anunciarlo a los demás. El ejemplo de ese encuentro es la Samaritana quien después del dialogo con Jesucristo se convirtió en misionera y muchos samaritanos creyeron en Jesús por el testimonio de su palabra (Juan 4, 39). San Pablo es otro ejemplo de quien después del encuentro personal con Jesucristo inmediatamente empezó a anunciarlo (Hch 9, 20). Por lo tanto, el bautismo nos hace discípulos misioneros de Jesucristo y nos compromete a salir de nosotros mismos y de nuestras zonas de confort para anunciar a los demás a Aquel que nos amó primero (1Jn 4, 19).


En octubre misionero aprendemos a dar el SÍ A LA MISIÓN A EJEMPLO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA. Maria la mujer de sí nos enseña a comprometernos a la misión tal como ella lo hizo durante la anunciación. Ella aceptó con gozo el proyecto de ser la madre del Hijo de Dios. Ella aceptó con libertad la misión de traer al mundo la Consolación de Dios, Jesucristo, nuestro Salvador. Por el Sí de Maria, Jesucristo se encarnó al mundo. La misión siempre es un sí a Dios y a su proyecto de que sea conocido, amado y santificado, sobre todo, por aquellos que por diferentes motivos no lo conocen, o han perdido la fe en Él. Vale notar que, el Sí a la misión siempre es fruto del amor a Dios. Quien ama a Dios y ha tenido un encuentro personal con Jesucristo, se motiva a misionar y motiva a otros a comprometerse a la obra evangelizadora de la Iglesia. El sí a la misión motiva a compartir la fe, pues ella crece dándola a los demás.


El mes de octubre es para CRECER EN LA SALIDA MISIONERA. No se puede hablar del mes dedicado a la misión sin tener en cuenta la salida misionera. La salida misionera es lo característico de la misión. La misión es un movimiento de un lugar al otro. Un evangelizador no se queda quieto, siempre está en movimiento. La misión tambien está relacionada con la salida de nuestras zonas de confort y nos compromete a pisar la tierra del desconocido, del abandonado, del inmigrante, de los grupos étnicos, etc. Asimismo, la misión en salida implica tambien salir de nuestros imaginarios mentales, miedos, mentalidades viejas que no nos dejan avanzar para encontrarnos con los destinatarios de la evangelización.

En octubre misionero se fomenta la SOLIDARIDAD MISIONERA para apoyar la obra evangelizadora de la Iglesia. La solidaridad es fruto de la fe y expresión de amor al Señor y a su Iglesia. La obra evangelizadora de la Iglesia ha crecido gracias a la solidaridad de muchos fieles. Los misioneros que se encuentran en lugares remotos y desafiantes, y en misiones nuevas siempre han tenido el apoyo de la solidaridad y generosidad de muchos fieles. La solidaridad no tiene excepción y no excluye a nadie. Cada aporte es importante para el anuncio del Señor. Por eso,  cada persona puede apoyar la misión de acuerdo a su posibilidad, pues no hay nadie tan pobre que no tenga nada que dar, ni hay nadie tan rico que no tenga algo que recibir. Con la solidaridad de todos los fieles, se apoya la misión Ad intra y Ad extra de la Iglesia.

No se puede vivir el octubre misionero sin caminar junto con MARÍA PARA ANUNCIAR A SU HIJO JESUCRISTO A LAS GENTES. Maria es misionera por excelencia. Ella es la primera misionera de la Iglesia, es la  Reina de las misiones, es modelo de la actitud misionera en la Iglesia, es estrella de la nueva evangelización y discípula misionera de Jesucristo.  Es importante notar que, la evangelización significa llevar la Buena Noticia a todos los ambientes de la humanidad y transformar desde dentro la misma humanidad. La finalidad de la evangelización es ese cambio interior. Para evangelizar hay que primero ser testigo de la vida de Jesucristo. No se puede evangelizar sin ser discípulo fiel de Jesucristo. Toda  evangelización está precedida por la intercesión materna de la santísima Virgen Maria. No hay quien como Ella que nos puede revelar a Jesucristo, no hay quien como Ella que puede presentar a Jesucristo al mundo, pues fue primero en sus manos que el mundo conoció a Jesucristo (el caso de los pastores y reyes magos). Por eso, ella siempre acompaña a los misioneros en la tarea de anunciar el evangelio de Jesucristo a la humanidad. Ella es camino seguro que lleva al cristiano al encuentro gozoso con Jesucristo, Ella es modelo de fe, pues no hay ninguno que haya creído en Dios como lo hizo la madre del Señor.  

CONCLUSIÓN

La Iglesia siempre utiliza el mes de octubre para la animación misionera de los fieles en todo el mundo. Aunque el anuncio del evangelio es responsabilidad de cada bautizado, la mayoría no está consciente de esa responsabilidad inherente de su vocación. Por eso hay que concientizar a cada bautizado para que se dé cuenta de su responsabilidad misionera. Eso es lo principal de octubre misionero.