Ssimbwa Lawrence es presbítero misionero de la Consolata; actualmente trabaja en Colombia.  


sábado, 2 de marzo de 2024

La voz del Beato José Allamano sobre la Cuaresma.

La Cuaresma es un tiempo litúrgico de 40 días que empieza desde el miércoles de ceniza y termina el jueves santo antes de la celebración de la Víspera del Señor. La Cuaresma se centra en tres pilares espirituales: la oración, el ayuno y la caridad. Varios teólogos, pastoralistas, santos y beatos han realizado incontables reflexiones acerca de la importancia de Cuaresma en el seguimiento de Jesucristo. El beato José Allamano es uno de los que han reflexión profundamente sobre el tiempo litúrgico de cuaresma. Para él, la cuaresma tiene que ver con lo siguiente:

Un momento favorable: El beato José Allamano llama la cuaresma un tiempo favorable. Es importante notar que, algo es favorable porque beneficia, impulsa y favorece a algo o alguien. Pues la cuaresma es un tiempo favorable, porque “en él el Señor acepta encantado todo lo que hacemos, escucha nuestras suplicas más que en otros momentos. Por lo tanto debemos despertarnos, no dejarlo en vano” (Así los quiero, 109). Es decir, debemos valorar este tiempo cuaresmal para estar más unidos a Dios y pensar en Jesús. Asimismo, debemos utilizar esta oportunidad cuaresmal para “estar animados y no formar parte del grupo de los caminan a tientas” (Así los quiero, 109). Así que, la Cuaresma es un tiempo favorable para volver al Señor y dejarnos guiar por Él.

Un tiempo especial de penitencia y oración: La penitencia significa la conversión del pecador y designa el conjunto de actos interiores y exteriores dirigidos a la reparación del pecado cometido. Por eso, el beato José Allamano nos recuerda que la cuaresma es un tiempo importante para la penitencia: “Nosotros no somos como aquellos santos que se alimentaban sólo de pan y agua. De todos modos, el espíritu de penitencia es necesario para acostumbrarse a las exigencias de la vida. El Señor ama los pequeños sacrificios, perennes, puntuales. El que no lo hace de una forma, debe hacerlo de otra forma. Además del ayuno de alimentos existe el de ojos, el de la imaginación y el del espíritu” (Así los  quiero, 110). Así que, la cuaresma es momento oportuno para frenar con la ayuda del Espíritu Santo las pasiones desordenadas en nuestra vida.

 Asimismo, la cuaresma es tiempo para crecer en oración. La oración es hablar con Dios, con Jesús, pero Él mismo nos enseñó que no se trata de hablar por hablar, sino que tiene que ver con entablar una relación de amigos que se conocen a fondo y se quieren. El beato José Allamano recalca mucho la importancia de oración: “Rezar  es necesario para vivir bien. Hay que vivir de la vida interior. Que cada una de nuestras acciones, espiritual o material, empiece en Dios y termine también en Él. Este es el espíritu que debe acompañarnos cada día y todos los días; solo así nuestra vida será toda del Señor” (Así los quiero, 241).  En relación con la cuaresma, José Allamano recomienda el rezo y la meditación del salmo 50 (miserere): “Esto es muy oportuno por ser un salmo penitencial, compuesto por David después de su pecado. Él nos enseña el temor, la esperanza, y los buenos propósitos. Examinémoslo y apliquémoslo a nosotros” (Así los quiero, 110).

Tiempo de crecimiento espiritual: La cuaresma es un tiempo para el crecimiento espiritual. No podemos hablar de crecimiento espiritual si no tenemos vida espiritual. El beato José Allamano explica este aspecto en relación con la cuaresma: “Cada uno, para su propio provecho espiritual, realice las aplicaciones que Dios le inspira” (Así los quiero, 111). El crecimiento espiritual es el proceso de volverse más y más como Jesucristo. Cuando ponemos nuestra fe en Jesús, el Espíritu Santo comienza el proceso de hacernos más como Jesús, conformándonos a su imagen. El crecimiento espiritual quizá está mejor descrito en 2 Pedro 1:3-8, donde se nos dice que mediante el poder de Dios todas las cosas nos han sido dadas para vivir una vida de piedad, la cual es el objetivo del crecimiento espiritual. 

 

domingo, 28 de enero de 2024

Celebración del aniversario de la fundación de los misioneros de la Consolata.

El 29 de enero de cada año, los misioneros de la Consolata celebran el aniversario de la fundación de su familia misionera. Esta celebración evoca aquel 29 de enero de 1901 cuando el Beato José Allamano fundó oficialmente el Instituto de la Consolata para las misiones. Vale la pena hacernos esta pregunta: ¿Es importante celebrar el aniversario de la Fundación del Instituto? A mi juicio, esta fecha es inolvidable por las siguientes razones:

Momento de agradecimiento al Señor: Dice el salmo 125: El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres”. Verdaderamente el Señor ha estado grande con los misioneros de la Consolata desde su fundación hasta el día de hoy. Para ello, la celebración del aniversario de la fundación es un momento oportuno para agradecer al Señor por la existencia de los misioneros de la Consolata desde 1901 hasta el tiempo actual. Es el Señor que hizo que el Beato José Allamano fundara a los misioneros de la Consolata y ha sido Él quien los ha sostenido, guiado y acompañado en las misiones. Desde el día de su fundación, Dios ha acompañado a los misioneros en el anuncio del evangelio en África, América, Europa y Asia. La semilla del evangelio sembrada por los misioneros de la Consolata en diferentes continentes, ha germinado en iglesias particulares y ha hecho que crecieran numerosas vocaciones laicales, sacerdotales y a la vida consagrada. A través del carisma ad gentes que los caracteriza, los misioneros de la Consolata han contribuido a la defensa de las minorías étnicas, defensa de medio ambiente, promoción de la mujer, alfabetización de los pueblos, entre otros. Así que, en estos 123 años de la fundación del Instituto, hay mucho que agradecer al Señor por su amor y misericordia con que ha acompañado a los misioneros de la Consolata en su obra de evangelización y promoción humana de los pueblos.  

Celebración de la historia del Instituto: Cada persona, pueblo y comunidad tiene una historia. El 29 de enero es una fecha que nunca se puede olvidar, pues evoca aquel 29 de enero de 1901 que marcó la historia de los misioneros de la Consolata. En esa fecha nació el Instituto de la Consolata para las misiones. En esa fecha inolvidable comenzó la existencia de los misioneros de la Consolata como Instituto misionero reconocido por la Iglesia para la evangelización de los pueblos. Con la fundación del Instituto aquel 29 de enero de 1901, se empezó a concretizar el sueño del Beato José Allamano de enviar a misioneros y misioneras de la Consolata para evangelizar, primero en Africa y después en otros continentes.

Agradecimiento al Beato José Allamano, Padre y Fundador de los misioneros: La celebración del aniversario de la fundación del Instituto es un momento adecuado para agradecer al Señor por el regalo del Beato José Allamano a la Iglesia y a la humanidad entera. Gracias al Beato José Allamano existen los misioneros y las misioneras de la Consolata. Él es su Fundador, Padre e Inspirador permanente en el ser misionero. Sus enseñanzas siempre guían a los misioneros y misioneras de la Consolata en el anuncio de Jesucristo en los lugares donde se encuentran.

Momento recordatorio de la razón de ser del Instituto: La fecha de la fundación del Instituto está muy conectada con la razón de ser  de los misioneros de la Consolata en la Iglesia. El 29 de enero nos recuerda que el Instituto de la Consolata para las Misiones fue fundado por el Beato José Allamano para la misión ad gentes. Esa es su identidad propia en la Iglesia. La celebración del aniversario de la fundación del Instituto es un momento para vigorizar el carisma ad gentes a través del cual, los misioneros de la Consolata han contribuido enormemente a la evangelización de los pueblos en varios lugares del mundo. A través del carisma ad gentes heredado del Beato José Allamano, varios hombres y mujeres han conocido a Jesucristo gracias a la entrega evangelizadora de los misioneros de la Consolata.

Conclusión

El 29 de enero es la celebración del cumpleaños del Instituto Misionero de la Consolata para las misiones. En esa fecha se conmemora siempre la fundación de los misioneros de la Consolata hace 123 años por el Beato José Allamano. Es un momento para dar gracias al Señor por la existencia de los misioneros de la Consolata quienes a través del carisma ad gentes han contribuido enormemente a la evangelización de los pueblos en los 4 continentes donde están presentes.

martes, 2 de enero de 2024

BEATO JOSÉ ALLAMANO Y CELEBRACIÓN DEL AÑO NUEVO.

En cada rincón del mundo, el nuevo año siempre es celebrado con mucho ahínco. Es recibido con mucha alegría y entusiasmo. La celebración del año nuevo es uno de los momentos más celebrativos en todos los pueblos y culturas de todo el orbe. Cada pueblo y cultura lo celebra de acuerdo a los parámetros de sus costumbres. Es importante notar que, la celebración del nuevo año está muy conectada con la celebración del fin del año. La alegría de celebrar el fin del año contagia el buen comienzo del nuevo año. Por la trascendencia del nuevo año, el beato José Allamano nos inspira en lo que es el verdadero significado de celebrarlo tal como se muestra a continuación:

Momento de dar gracias al Señor: Dice san Pablo: “Estén siempre gozosos; oren sin cesar; den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús” (1Tes 5:16-18). La celebración del año nuevo es un momento oportuno para darle gracias al Señor por el buen  inicio del camino de los 365 días que componen el año. Agradecerle al Señor es reconocer que todo depende de Él. Es reconocer que Dios es el Protagonista de la historia del mundo. Al respecto afirma el beato José Allamano: “Esperemos llegar al final de este año agradeciéndoselo, así como ayer por la noche le hemos agradecido el año que pasó” (Así los quiero, p. 105).

Momento de empezar con energía. El nuevo año es un nuevo comienzo y nuevo amanecer. Es un nuevo camino que se emprende pero hay que iniciarlo con energía y entusiasmo. Al respecto aclara José Allamano: “Empecemos el año con energía y de igual modo todos los días, cada momento, sin desanimarnos nunca. (…) Este es el espíritu con el que tenemos que emprender el nuevo año” (Así los quiero, 104). Iniciar el nuevo año con energía permite proyectar bien el camino pastoral de cada misión, permite evaluar y discernir el quehacer misionero y hace que el misionero se comprometa de lleno a la misión evangelizadora a la que está llamado a realizar con fidelidad.

Momento de pensar en el presente: El nuevo año es una oportunidad de pensar en el tiempo presente. Aunque no se pueda dejar de hacer la retrospección acerca del año pasado, la celebración del nuevo año es un camino que requiere una proyección clara de cómo navegarlo exitosamente. Para ello afirma José Allamano: “No pensemos más en el pasado; el presente está en nuestras manos. Todos y todas llenos de buena voluntad” (Así los quiero, p. 105).  Así que, pensar en el presente implica “estar atentos en responder a la gracia de cada uno de los momentos que componen el año, no podremos volver atrás para recuperarla; como el tiempo, la gracia que no sabemos recibir en su momento, se pierde para siempre” (Así los quiero, p. 105). Pensar en el presente implica estar muy atentos a los signos de los tiempos de cada año. Interpretar los signos de los tiempos implica escuchar la voz de Dios que nos habla en cada momento coyuntural de nuestra historia.

Momento de pensar en nuestro comportamiento: Los comportamientos tienen que ver con  todas aquellas reacciones que tienen los seres vivos en relación con el medio en el que se encuentran. El nuevo año es momento oportuno para pensar en nuestros comportamientos. Acerca de eso dice José Allamano: “En este nuevo año es necesario que nos comportemos como si fuera el ultimo de nuestra vida. Si estuviéramos convencidos de esto, haríamos todo con más voluntad” (Así los quiero, 105). Pensar en los comportamientos es hacerse esta pregunta: ¿Cómo me comporté el año pasado? ¿Cómo voy a compórtame en este nuevo año? ¿En que área de mi vida tengo que mejorar? ¿Cómo está mi relación con Dios y el prójimo? ¿Qué hay que mejorar en el nuevo año? Esas preguntas permiten hacer buena reflexión acerca de nuestros comportamientos. La reflexión, bien sea personal o comunitaria, permite avanzar en los compromisos del presente y largo plazo.

Momento de hacer examen preventivo: El beato José Allamano resalta la importancia de vivir el nuevo año con siempre el examen preventivo: “Miren el año que tienen por delante y hagan un examen preventivo. Como lo hacemos cada mañana frente a la jornada, lo mismo debemos hacer con respecto a todo el año” (Así los quiero, 106). El examen preventivo tiene que ver con prever, pensar y ordenar las actividades que se piensan realizar en el nuevo año. Asimismo, tiene que ver con identificarnos con la voluntad de Dios. Identificarse con la voluntad de Dios implica tener la convicción de que todo lo que nos suceda está pensado y ordenado por Dios desde la eternidad.

Momento de bendiciones: El año nuevo traer consigo muchas bendiciones de Dios. Por eso José Allamano afirma: ¡Que el nuevo año sea un año con tantas bendiciones, para nuestros Institutos, para las misiones, para los misioneros y las misioneras!” (Así los quiero, 106). Es un momento de agradecerle al Señor por todas las bendiciones recibidas en el año pasado y asimismo, momento para encomendarnos a Él en el nuevo año que apenas iniciamos. Por eso hay que apuntar bien la mira. Pues “tratemos de pasar este nuevo año lo mejor posible; si habrá debilidades, tratemos de repararlas enseguida; que no haya ningún día inútil” (Así los quiero, 106).

Conclusión

El nuevo año es siempre celebrado con entusiasmo en cada rincón del orbe. Es un momento de agradecerle al Señor por las bendiciones recibidas a lo largo del año pasado y oportunidad de encomendarnos a la divina providencia en el año que apenas iniciamos. Como misioneros de la Consolata, pidamos a la Virgen Consolata y el beato José Allamano que nos acompañen con su divina intercesión en el año 2024.

viernes, 20 de octubre de 2023

Celebración de Jornada Mundial de las Misiones.

El penúltimo domingo del mes de octubre, la Iglesia celebra la Jornada Mundial de las Misiones comúnmente llamada Domund. De hecho, la Jornada mundial de las misiones de 2023 se celebra el domingo 22 de octubre. Es importante notar que, el Domund fue instituido por el Papa Pío XI en 1926 y desde ese entonces, la Iglesia invita cada año en virtud del espíritu de unidad y universalidad, a una renovada conciencia de la responsabilidad de todos los bautizados en la difusión del evangelio. Para ello, la celebración de la Jornada Mundial de las misiones es sumamente importante por varias razones que describo a continuación:

 La Iglesia es misionera por naturaleza: La misión siempre es la identidad de la Iglesia. La evangelización es la razón de ser de la Iglesia y constituye un deber y un derecho de cada uno de sus miembros. Como discípulos y misioneros, el Señor nos llama a salir de nosotros mismos y a compartir con otros el tesoro de nuestra fe, un don que hemos de compartir con los que no lo han recibido aún, o con aquellos que lo han enfriado o perdido. De esto se beneficiará también la fe misma, pues se fortalece dándola (Enc. Redemptoris Missio, no. 2).

El domingo de las misiones es un momento para promover la misionariedad de la Iglesia. Es una oportunidad para dar a conocer el estado de las misiones de la Iglesia en todo el mundo. Pues  la misión universal de la Iglesia nos apremia cada vez más. Por lo tanto “no nos puede dejar indiferentes al saber que millones de hombres redimidos, como nosotros, por la sangre de Cristo, viven todavía sin conocer adecuadamente el amor de Dios. Ningún creyente en Cristo, ninguna institución de la Iglesia puede eludir el deber supremo de anunciar a Cristo a todos los pueblos. Dos terceras partes de la humanidad no conocen todavía a Cristo, y tienen necesidad de Él y de su mensaje de salvación” (Mensaje de Papa Juan Pablo II para Domund de1992).

Recordatorio de la vocación misionera de cada bautizado: Así como la Iglesia es misionera por la naturaleza, también sus miembros son discípulos misioneros de Jesucristo por naturaleza. Cada bautizado es misionero por excelencia. Por eso, la el Domingo mundial de las misiones es una oportunidad para incentivar a los fieles católicos a tomar la conciencia de la labor misionera de la Iglesia, de los miles y miles de misioneros que repartidos por los cinco continentes dan la vida por seguir el mandado de Cristo a sus discípulos: “Vayan por el mundo y proclamen el Evangelio a toda la creación” (cfr. Mc 16, 15). Ese mandato misionero de Jesucristo es tarea de todos y de cada bautizado. Por eso, la Jornada mundial de las misiones, y en realidad todo octubre misionero, es una llamada de atención para que todos nos movamos a amar y a apoyar la causa misionera de la Iglesia, no sólo con nuestra oración, sino también con la colaboración material y económica.

Colecta económica para las misiones: En el domingo mundial de las misiones se suele realizar unas colectas en todo el mundo a favor de la obra evangelizadora de la Iglesia. Es importante notar que, existen alrededor de 1.115 territorios de misión en el mundo, un 45% de toda la humanidad vive en estos territorios, un 37% de la Iglesia universal, es decir, la tercera parte de la Iglesia Católica; uno de cada tres bautismos, se celebra en zonas de misión y en ellos se desarrolla el 44% del todo el trabajo social y educativo. La Iglesia sostiene casi 27.000 instituciones sociales, que representan el 24% del total, y más de 119.000 instituciones educativas, que representan el 54%. Todos estos proyectos son financiados con los donativos recogidos en el Domund, por eso se pide la aportación de los fieles para las misiones.

Unas pinceladas del mensaje de Papa Francisco para Domund 2023.

En la misión, la Palabra de Dios ilumina y trasforma el corazón:El conocimiento de la Escritura es importante para la vida del cristiano, y todavía más para el anuncio de Cristo y de su Evangelio. De lo contrario, ¿qué trasmitiríamos a los demás sino nuestras propias ideas y proyectos? Y un corazón frío, ¿sería capaz de encender el corazón de los demás? Dejémonos entonces acompañar siempre por el Señor resucitado que nos explica el sentido de las Escrituras. Dejemos que Él encienda nuestro corazón, nos ilumine y nos trasforme, de modo que podamos anunciar al mundo su misterio de salvación con la fuerza y la sabiduría que vienen de su Espíritu” (Papa Francisco, mensaje de Domund 2023).

Jesús en la Eucaristía es el culmen y la fuente de la misión:Para dar fruto debemos permanecer unidos a Él (cf. Jn 15,4-9). Y esta unión se realiza a través de la oración diaria, en particular en la adoración, estando en silencio ante la presencia del Señor, que se queda con nosotros en la Eucaristía. El discípulo misionero, cultivando con amor esta comunión con Cristo, puede convertirse en un místico en acción. Que nuestro corazón anhele siempre la compañía de Jesús, suspirando la vehemente petición de los dos de Emaus, sobre todo cuando cae la noche: “¡Quédate con nosotros, Señor!” (cf. Lc 24, 29). (Papa Francisco, mensaje de Domund 2023).

 La eterna juventud de una Iglesia siempre en salida:Pongámonos de nuevo en camino también nosotros, iluminados por el encuentro con el Resucitado y animados por su Espíritu. Salgamos con los corazones fervientes, los ojos abiertos, los pies en camino, para encender otros corazones con la Palabra de Dios, abrir los ojos de otros a Jesús Eucaristía, e invitar a todos a caminar juntos por el camino de la paz y de la salvación que Dios, en Cristo, ha dado a la humanidad” (Papa Francisco, mensaje de Domund 2023).

 

Conclusión

En octubre misionero y en la celebración de la Jornada mundial de las misiones, la Iglesia nos exhorta como discípulos misioneros de Jesucristo a caer en la cuenta de que no podemos dejar que nuestra vida de fe, nuestra capacidad de gratitud y nuestra generosidad se apaguen por nuestro aislamiento personal, nuestro individualismo y nuestro egocentrismo. La celebración de Domund nos recuerda el compromiso de poner en práctica ese mandato de Jesús que desde nuestro bautismo nos hace ser misioneros en el mundo y nos llama a convertirnos en instrumentos de compasión, de misericordia y de amor.

 

jueves, 5 de octubre de 2023

07 de octubre: Memoria de beatificación del beato José Allamano.

Octubre es tradicionalmente conocido como el mes de rosario y el de las misiones. Sin embargo, para los misioneros y las misioneras de la Consolata, este mes tiene otra importancia, pues el 07 de octubre es la conmemoración de la beatificación del beato José Allamano. Es importante notar que el domingo 07 de octubre de 1990, el beato José Allamano fue beatificado en Roma por el Papa Juan Pablo II  junto con el entonces beato Aníbal María di Francia. Ya han transcurrido 33 años desde que el Padre y Fundador de los misioneros y las misioneras de la Consolata fue declarado y reconocido por la Iglesia como beato.

Vale la pena saber que uno es declarado beato gracias a las virtudes heroicas que vivió en vida y el proceso de beatificación tiene como finalidad la declaración de que la persona vivió las virtudes cristianas en grado heroico. Ese proceso es autorizado por el Santo Padre a las personas que piden poder venerar públicamente a un cristiano que consideran ejemplar, con la cual se les concede permiso para hacerlo.

Algunas palabras de la homilía del Papa Juan Pablo II en la ocasión de la beatificación de beato José Allamano.

En el día de la beatificación de José Allamano, el Papa Juan Pablo II a través de su homilía dijo algunas palabras respecto a él:

-          “En cada periodo de la historia, Dios suscita en la Iglesia ciertas personas, para que sean modelos del pueblo de Dios, a este grupo pertenecen los sacerdotes hoy proclamados beatos: José Allamano y Aníbal María de Francia” (párrafo no. 3)

-          “El beato José Allamano, sucediendo a su tío San José Cafasso, en la dirección del Convictorio eclesiástico de la Consolata, emuló su amor por los sacerdotes y su preocupación por su formación espiritual, intelectual y pastoral, actualizándola según las necesidades de los tiempos. No escatimó nada para que innumerables huestes de sacerdotes fueran plenamente conscientes del don de su vocación y estuvieran a la altura de su tarea. El mismo dio ejemplo, combinando el compromiso de santidad con la atención a las necesidades espirituales y sociales de su tiempo. En él estaba arraigada la profunda convicción de que “el sacerdote es ante todo un hombre de caridad”, “destinado a hacer el mayor bien posible”, a santificar a los demás “con el ejemplo y la palabra” con la santidad y la ciencia. La caridad pastoral-afirmó-exige que el presbítero “arda en celo por la salvación de sus hermanos, sin poner reservas ni vacilaciones en la dedicación propia” (párrafo no. 4)

-           “El canónigo Allamano sintió las palabras de Cristo dirigidas directamente a él: "Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura" (Mc 16, 15). Y para ayudar a dar tal impulso a la comunidad cristiana, permaneciendo siempre activo como sacerdote diocesano, fundó primero el Instituto de los Misioneros y luego el de los Misioneros de la Consolata, para que la Iglesia pudiera llegar a ser cada vez más "madre fecunda de hijos"., “viña” que da frutos de salvación” (párrafo 5).

-          “En el momento en que es contado entre los bienaventurados, José Allamano nos recuerda que para permanecer fieles a nuestra vocación cristiana debemos saber compartir los dones recibidos de Dios con nuestros hermanos de cada raza y de cada cultura; debemos anunciar a Cristo con valentía y coherencia a cada persona que encontramos, especialmente a quienes aún no lo conocen” (párrafo 5).

-          “¡Que los nuevos beatos brillen como modelos de santidad sacerdotal! La Iglesia los señala así, mientras se desarrolla la VIII Asamblea General del Sínodo de los Obispos, llamada a examinar la importante cuestión de la formación de los sacerdotes en nuestro tiempo” (párrafo no. 8).

-          “¿Cómo no subrayar esta circunstancia providencial? De hecho, mientras los padres sinodales buscan las soluciones más adecuadas para un problema tan vital, nuestros beatos indican claramente la dirección a seguir. Su existencia, sus ejemplares experiencias apostólicas ofrecen luz a la investigación sinodal. Reiteran que el mundo, hoy como entonces, necesita sacerdotes santos, capaces de hablar al corazón del hombre moderno, para que se abra al misterio del Dios vivo. Necesita apóstoles generosos, dispuestos a trabajar con alegría en la viña del Señor” (párrafo no. 8).

-          “¡Para que vayáis y deis fruto”! La referencia a los trabajadores de la viña divina vuelve a la liturgia, es decir, a aquellos que fueron enviados por el Hijo Redentor, como los apóstoles. A quienes Cristo sigue llamando y enviando en todo tiempo y en todo lugar, como llamó y envió a estos dos sacerdotes que hoy la Iglesia ha elevado al honor de los altares: el beato José Allamano, el beato Aníbal María Di Francia. Su misión fue extraordinaria. Una misión que, sin embargo, exigía una profunda madurez de espíritu” ((párrafo no. 9)

-          “A los santos y beatos no les falta esta madurez, gracias precisamente al Espíritu de verdad dejado por Cristo a su Iglesia. Gracias al Espíritu de verdad, se hace consciente la certeza de que el mundo pertenece a Dios; gracias a él entendemos que la tierra es una viña de la que el hombre no puede apropiarse; la tierra le fue confiada con la tarea de cultivarla y perfeccionarla. Del Espíritu de verdad proviene esta conciencia y esta certeza: conciencia y certeza llenas de amor hacia el Creador y la creación, hacia Dios y hacia el hombre” (párrafo no. 9).

-          “Damos gracias por todos aquellos a quienes Cristo, Hijo-Redentor, sigue escogiendo para que vayan y den fruto. ¡Y que este fruto "renueve la faz de la tierra" (Sal 104, 30)! ¡Amén!” (párrafo no. 9).

Momento de agradecimiento al Señor

El 07 de octubre, memoria de la beatificación de José Allamano, es momento para agradecer al Señor por haber escogido al beato José Allamano como modelo de santidad en la Iglesia. Su vida de santidad ha iluminado a muchos en la iglesia y ha inspirado la evangelización de varios lugares en el mundo.

La conmemoración de la beatificación del beato José Allamano es momento para agradecer al Señor por el carisma Ad gentes heredado de él. La misión Ad gentes es la identidad propia de los misioneros de la Consolata y es la razón de ser de su presencia en la Iglesia.

Asimismo, la conmemoración de la beatificación del Fundador de los misioneros y las misioneras de la Consolata es momento para agradecer al Señor por el regalo de los Institutos misioneros tanto masculino como femenino. Los institutos misioneros fundados por el beato José Allamano han contribuido enormemente a la evangelización de varios pueblos en el mundo, han hecho surgir varias iglesias locales, han defendido la vida de innumerables pueblos y culturas, han promovido la defensa del medio ambiente, han construido escuelas y clínicas para promover la educación y salud de los pobres, entre otros. Todo ello es fruto de la espiritualidad misionera del beato José Allamano que ha inspirado siempre a los misioneros y misioneras de la Consolata en la evangelización y promoción humana.