Ssimbwa Lawrence es presbítero misionero de la Consolata; actualmente trabaja en Colombia.  


miércoles, 23 de junio de 2021

Celebración de la fiesta de La Consolata en Buenaventura

Cada vez que celebramos la fiesta de nuestra Señora de la Consolata tal vez el beato José Allamano diría a los misioneros y las misioneras de la Consolata este mensaje: “Para nosotros, hijos e hijas predilectos de la Consolata, ¿es importante esta fiesta? ¡Es todo! No, no quiero decirles que deben prepararse; estoy seguro de que todos están bien dispuestos para (…) celebrar con entusiasmo la fiesta. ¡El corazón nos dice lo que hay que hacer por una madre! Por lo tanto, pongamos empeño para rendirle honor!” (Así los quiero, p. 224).  

Para los misioneros y las misioneras de la Consolata, el 20 de junio es un día especial, pues es la celebración de la fiesta más importante del Instituto, es decir, la fiesta de la Consolata, patrona de misioneros y misioneras de la Consolata. En la comunidad local de Buenaventura, la fiesta fue preparada espiritualmente con la novena animada por las pequeñas comunidades de la parroquia san Martín de Porres. En la novena se reflexionó mucho sobre los rostros sufrientes de la Consolación, debido a las situaciones difíciles que actualmente le atraviesan a Colombia y al mundo entero. Colombia se encuentra en un momento difícil de la pandemia de covid-19 y al mismo tiempo, el país todavía se recupera de los efectos causados por el paro nacional. En la parroquia de san Martín de Porres, la novena fue un momento importante para orar por la salud de los enfermos de covid-19, la paz de Buenaventura y de todo el Pacifico colombiano debido a la violencia que últimamente se ha experimentado.

Como dice el beato Jose Allamano: “si celebramos con intensidad de amor todas las fiestas de la Virgen, con cuanta más razón ésta que es nuestra fiesta, es decir nos pertenece de modo particular” (Así los quiero, p. 224). Es decir, la fiesta de la Consolata debe celebrarse con más dignad que cualquiera.  Para ello, en la parroquia de san Martín de Porres la fiesta de la Consolata fue celebrada al estilo afro. Se celebró la misa inculturada para resaltar el dialogo entre la fe y la cultura afrocolombiana. Participaron las pequeñas comunidades, los ministerios parroquiales y la feligresía en general. La misa fue celebrada por el padre Leovilgildo Carlos Ussene IMC, quien resaltó el papel de la Virgen Consolata en el anuncio de Jesucristo a la humanidad.  

Es importante notar que los misioneros de la Consolata ya llevan cuatro años en Buenaventura. La comunidad local de la parroquia de san Martín de Porres está compuesta por tres misioneros: dos sacerdotes y un seminarista. Nuestra misión consoladora en Buenaventura es la animación de la pastoral afrocolombiana de la Diócesis y la misión Ad Gentes en la parroquia san Martín de Porres. Que nuestra Señora de la Consolata siga consolando a Buenaventura y al resto del Pacifico colombiano.

 

 

 

                                                                                               

miércoles, 2 de junio de 2021

La realidad que se vive en Buenaventura

Buenaventura es un municipio que se encuentra en la costa pacífica colombiana. Es un municipio netamente afro y está caracterizado por la alegría y acogida de su gente. Sin embargo, a partir de 30 de diciembre de 2020, la situación en Buenaventura cambió drásticamente. Ese día, se experimentó simultáneamente en todo el casco urbano el asesinato de 15 personas en su mayoría jóvenes. Desde ese entonces, las cosas no volvieron a ser iguales en cuanto la convivencia pacífica en los barrios. En algunos barrios se acabó la vida social, pues muchas personas no volvieron a reunirse con nadie por el miedo a las bandas criminales que se han adueñado del control de las calles. Cada vez más la gente se restringe de moverse de un barrio al otro, sobre todo en la noche. Asi que, la realidad desafiante que se vive en Buenaventura, se puede entender desde los siguientes aspectos que describo a continuación: 

La violencia

La violencia es el desafío más grande que aqueja a Buenaventura. La violencia en Buenaventura se le atribuye a estas razones: la primera razón es la presencia en Buenaventura del puerto más grande de Colombia y el segundo factor es la proliferación de las bandas criminales en los barrios.           El puerto de Buenaventura es muy estratégico debido a su cercanía a Panamá, y por estar ubicado al océano pacifico, es una ruta hacia los puertos de Canadá, Estados Unidos, Japón, China, entre otros. Eso hace que sea un lugar muy apetecible para los carteles de narcotráfico que siempre usan la violencia para permitir el paso de drogas hacia otros destinos.

La violencia tambien está muy asociada con la presencia de las bandas criminales en la mayoría de los barrios. Las bandas criminales están auspiciadas por los agentes de narcotráfico cuyo motivo es infundir el miedo a la población para que las drogas ilícitas puedan tener acceso al puerto sin ningún impedimento. La violencia ha causado incontables casos de muerte de muchas personas, sobre todo, a los jóvenes y ha causado el sufrimiento de numerosas familias por la desaparición de sus miembros. Solo en este año 2021 que apenas lleva cinco meses, se ha registrado 89 casos de personas asesinadas. Es un número mucho más mayor que el de 2020, pues en ese año se registraron en Buenaventura 76 casos de personas asesinadas. Un hecho lamentable es que la mayoría de las víctimas de violencia son jóvenes y niños entre 10-35 años. Los barrios más afectados de esta realidad son: Gamboa, Juan XXIII, Urbanización san Buenaventura, san Luis, Cascajal, Miraflores, La Carmelita, Urbanización san Buenaventura, entre otros. Por la violencia, en algunos barrios la gente está restringida de pasar de un barrio al otro por la presencia de fronteras  invisibles.

La violencia ha dejado muchas secuelas negativas en la sociedad bonaverense tales como odios, rencores, desconfianza y resentimientos. Ha dejado una generación de niños y jóvenes huérfanos, bien sea por el asesinato de sus padres o por su desaparición. La violencia ha ahuyentado a los comerciantes y de esa manera paraliza la lucha contra la pobreza de muchas personas. La violencia ha roto los valores ancestrales del pueblo como el respecto a los mayores, el trabajo comunitario, la solidaridad, entre otros.

Efectos del paro nacional

El paro nacional que empezó como un rechazo de la reforma tributaria, la reforma de salud, y la reivindicación de varios derechos, se convirtió en una pesadilla para el pueblo de Buenaventura y todo el pacifico colombiano. Unos pocos días después de su inicio, empezaron a escasear los productos de primera necesidad para la sobrevivencia diaria de las familias. Desde que empezó el paro nacional, se cortó el gas natural  en Buenaventura, y tampoco pudieron entrar los cilindros de gas desde otras ciudades de Colombia. La gente fue obligada a cocinar con leña. Asimismo, se escasearon los alimentos por los bloqueos que se presentaron en diferentes lugares del país que no permitieron la entrada de comida a Buenaventura. La comida se volvió muy cara y la mayoría de los pobres les tocó aguantar el hambre por la escasez de alimentos y la exageración de los precios de comida en los días de paro.

El sector de salud estuvo muy afectado por el paro. El paro nacional ocasionó la escasez de medicamentos y oxigeno, y consecuentemente, varios pacientes murieron en el único  hospital de Buenaventura, Luis Ablanque de la Plata y en las clínicas por la falta de los mismos. La razón de esas escaseces fue la restricción de la movilidad principalmente por los constantes bloqueos, tanto de Buenaventura hacia el interior del país, como del interior del país hacia Buenaventura. Quiere decir, los innumerables  bloqueos en la via hicieron imposible salir de Buenaventura hacia otras ciudades o entrar a Buenaventura desde otros lugares del país.

Los efectos del paro nacional no únicamente afectaron a la población bonaverense, sino el resto del pacifico colombiano. Lo que le pasa a Buenaventura, afecta a Tumaco, Guapi, López de Micay, Puerto Merizalde, Timbiqui, Quibdó, Istmina, Yurumanqui, entre otros, pues Buenaventura es considerada la capital de todo el pacifico colombiano. La gran mayoría de los pueblos del pacifico hacen sus compras y ventas en Buenaventura y reciben los servicios médicos en la misma ciudad. Asi que, el dolor de Buenaventura se siente en el resto del pacifico colombiano por la relación ancestral que hay entre esos pueblos.

La pobreza

La pobreza es una realidad que ha golpeado enormemente a Buenaventura. Ha desfigurado bastante la imagen de la belleza de los pobladores del bello puerto del mar. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), existe en Buenaventura la tasa de desempleo de 62% y el 68 de la población es pobre. Eso quiere decir, que la mayoría de la gente de Buenaventura vive en condiciones de pobreza.

Varias son las razones que contribuyen a la pobreza extrema en Buenaventura. Muchos economistas, académicos, agentes de derechos humanos, entre otros, reconocen que el abandono estatal es la causa principal de la pobreza en Buenaventura. El estado colombiano históricamente no ha prestado mucha atención a la gente de Buenaventura y a la población afro de la costa pacífica. El estado no ha invertido mucho en el desarrollo humano y social de la población bonaverense. Son pocas las personas con empleo digno, pues la gran mayoría sobrevive de rebusque con empleos informales. La población alrededor de los ríos y océano pacifico se alimenta y sobrevive con la pesca. Son muchas las personas que no tienen casas dignas. De hecho, muchas familias se albergan en palafitos llenos de condiciones infrahumanas. Varios jóvenes no han tenido la oportunidad de ingresarse a la formación universitaria. De hecho, la tasa de analfabetismo en Buenaventura es de 14%.

La violencia es otro causante de la pobreza en Buenaventura. Casi en todos los barrios de Buenaventura, se registra la presencia de bandas criminales que son los agentes de la extorsión de comerciantes y de micro-trafico de drogas hacia el resto del pacifico colombiano. Las bandas criminales siempre han ocasionado el desplazamiento de las personas y han hecho que los micro-negocios se quebraran, especialmente de aquellos que resisten de pagar la vacuna (extorsión) que ellos imponen a cada negocio.

La iglesia ante la realidad de Buenaventura

La iglesia siempre ha sido la voz del pueblo de Buenaventura, igual para todo el pacifico colombiano. Todos los obispos que han servido en Buenaventura, desde monseñor Gerardo Valencia hasta el actual obispo, monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, han sido voces proféticas a favor del pueblo bonaverense. La iglesia ha denunciado fuertemente las injusticias, asesinatos, robos, desplazamiento forzoso, corrupción, abandono estatal, entre otros. A raíz de eso, casi todos los obispos han sido víctimas de amenazas de muerte. Por ejemplo, el primer obispo de la Diócesis, monseñor Gerardo Valencia fue víctima de fuertes amenazas contra su vida, igual a monseñor Hector Epalza Quintero y el actual obispo Rubén Darío Jaramillo Montoya. La mayoría de las amenazas vienen de las bandas criminales y los agentes de narcotráfico. Siempre amenazan la voz de quienes hablan en nombre del pueblo especialmente los pobres y oprimidos.

A través de la obra evangelizadora de sacerdotes y religiosos, la iglesia siempre está presente en los barrios y lugares donde tal vez ninguna otra institución del estado tiene presencia. De esa manera, ofrece a la gente el acompañamiento y la consolación a través del proceso evangelizador.

Conclusión

Aunque hay muchos desafíos en Buenaventura relacionados con la  violencia, pobreza, salud, movilidad, paro nacional, entre otros, hay también mucha esperanza de un mundo mejor. La esperanza se manifiesta a diario a través de acciones concretas de hombres y mujeres que sueñan para que todo se mejore. Últimamente muchos jóvenes han salido a las calles a protestar y reivindicar sus propios derechos y los de su pueblo. Asimismo, en incontables ocasiones la comunidad general a través del paro cívico ha salido a las calles a protestar y rechazar el olvido histórico al que el estado le ha sometido. La iglesia desde su misión profética no ha cesado de denunciar todas las injusticias que se experimentan en Buenaventura. El Gobierno Nacional a través del Ministerio del Interior ha firmado varios acuerdos con el paro cívico de Buenaventura y la alcaldía distrital con el fin de mejorar la realidad de Buenaventura. Todo eso da esperanza de un futuro mejor para Buenaventura y todo el pacifico colombiano.