Ssimbwa Lawrence es presbítero misionero de la Consolata; actualmente trabaja en Colombia.  


domingo, 25 de agosto de 2019

HACIA EL MES MISIONERO EXTRAORDINARIO: UNA MIRADA A LA CARTA APOSTÓLICA MAXIMUM ILLUD



El Papa Francisco convocó el mes de octubre de 2019 como un mes misionero extraordinario, pues se celebrará el centenario de la carta apostólica Máximum Illud del papa Benedicto XV. Es importante notar que, el siglo XX era considerado “el siglo de las misiones” porque fue la etapa en que la iglesia a través de varias congregaciones misioneras se apostó mucho  por la misión Ad Gentes y así, se dieron pasos grandes para la propagación de la fe católica en el mundo entero. Por eso, el 30 de noviembre de 2019, el papa Benedicto XV publicó la Carta apostólica Máximum Illud para impulsar el espíritu misionero de la Iglesia. Con el motivo de la celebración del centenario de Máximum Illud, el sumo pontífice Francisco invita a toda la iglesia a despertar continuamente la conciencia misionera y a reavivar su tarea continua de anunciar el evangelio.

Un poco de contexto histórico antes de Maximum Illud
La Carta apostólica Maximum Illud surgió como fruto de la necesidad para el fortalecimiento de la tarea evangelizadora-misionera de la Iglesia. Es importante notar que, apenas se había terminado la primera guerra mundial y el fervor misionero ya se había perdido. El colonialismo estaba en su apogeo y el progreso de la industria había creado muchas preocupaciones económicas. Esta situación creó nacionalismos; por eso el papa Benedicto insiste en la necesidad de purificar la actividad misionera de cualquier distorsión.

Esta situación afectó la vocación misionera en la iglesia porque en muchos países faltaban vocaciones nativas. Inclusive algunos misioneros se reclutaron a los ejércitos beligerantes. Había poca atención a las vocaciones locales con escasa formación doctrinal, misionera y espiritual.

Ante esta realidad de la iglesia, la carta Maximum Illud presenta un mensaje profético para impulsar la misión resaltando específicamente la universalidad de la actividad misionera de la iglesia y la misión Ad Gentes que da origen a las iglesias locales. Con Maximum Illud el papa Benedicto XV enfatiza la necesidad de que cada iglesia tenga vocaciones nativas para el crecimiento de la iglesia local.

Resumen de Maximum Illud
¿De qué se trata la Carta apostólica Maximum Illud? Esa pregunta implica entrar en el contenido de la Carta apostólica. Es importante notar que Maximum Illud recuerda el mandato misionero de la iglesia dado por Cristo a sus discípulos para predicar el evangelio a todas las naciones (Mt 28,19). Dicho de otra manera, la Carta apostólica recuerda que la iglesia debe estar en estado permanente de la misión. Este mandato sigue vigente y la iglesia a través del testimonio y entrega incansable de muchos hombres y mujeres ha perpetuado el anuncio del evangelio a cada rincón del mundo.

El primer capítulo de Maximum Illud ofrece algunas normas para los obispos, vicarios y prefectos apostólicos. Ellos como responsables de la misión se les exhorta a edificar a los sacerdotes y misioneros mediante el ejemplo de sus vidas y cuidado bondadoso y paternal, y así promoviendo la misión con vitalidad e impulsándola a través de la fundación de nuevos puestos de misión que puedan ser nuevos gérmenes de nuevos vicariatos y prefectura. Para esta tarea es importante la formación del clero indígena, pues se considera un retroceso que algunas regiones donde se ha recibido la fe desde hace muchos años, aun no tengan la formación del clero nativo. Para ese motivo, se establece que mediante la Congregación de Propaganda Fide, se puedan fundar y dirigir seminarios que se dediquen a la formación del clero para los lugares de misión.

El segundo capítulo de Maximum Illud está dedicado a los misioneros. El papa Benedicto XV dedicó este capítulo a hombres y mujeres quienes consagraron su vida para la misión del Salvador. Les recuerda la importancia de su tarea evangelizadora que debe estar por encima de cualquier interés humano para evitar nacionalismos que harían mucho daño a la labor evangelizadora. Deben desarrollar el deseo de trabajar por anunciar a Cristo sin exclusivismos y sin fronteras.

El papa enfatiza la importancia del testimonio del misionero para el anuncio del evangelio. Insiste que, el arma del misionero para el anuncio del reino de Dios es la santidad de vida. Asimismo, debe desprenderse de lo material y debe tener buena preparación intelectual que incluya el estudio de la misionologia y el conocimiento de las lenguas autóctonas del territorio de la misión. Además de la preparación intelectual, la vida del misionero debe estar llena de la caridad y la mansedumbre, virtudes que le llevan a ser testigo creíble de Cristo, manteniendo un total confianza en Dios quien hace posible la obra de evangelizadora. El papa también exhorta a las misioneras a mantener el espíritu de entrega, buscando siempre la gloria de Dios. Les recuerda que el fruto de su ministerio corresponderá a la medida del grado de su entrega a la perfección.

El tercer capítulo está dirigido a todos los fieles. El papa pide la colaboración de los fieles en varios aspectos:

    Les recuerda el mandamiento de amor al prójimo. Por eso invita a cada uno a contribuir en la medida de su posibilidad para ayudar a los misioneros en la obra de propagar la fe.

        Que los fieles apoyen la misión mediante la oración para apoyar a los misioneros que están en el campo de la misión. Exhorta a cada fiel católico hacer parte del “apostolado de la oración” para orar por aquellos que dedican su vida a la evangelización de los pueblos.

-         Que todos ayuden a fomentar la semilla de la vocación misionera para la extensión del reino de Dios.

       Por las necesidades en las misiones, el papa hace un llamamiento a todos los corazones buenos para que se muestren generosos en la medida de sus recursos con el fin de solventar algunas necesidades de la misión.

-      Las obras misionales pontificias tienen prioridad porque son instituidas para apoyar a las misiones. Recomienda la generosidad de los católicos para favorecer las obras instituidas como Obra de la Propagación de la Fe, Santa Infancia, y Obra de San Pedro.

-      La unión misional del clero es de suma importancia porque la influencia del sacerdote despierta entre los fieles el interés por la conversión de los gentiles, y les hace contribuir a las obras misionales.

  En conclusión, por medio de la Carta apostólica Maximum Illud, el papa Benedicto XV invita a cada fiel católico a cumplir con su deber para reverdecer las misiones. El deber misionero de cada bautizado conducirá a muchos al encuentro con Jesucristo.