Ssimbwa Lawrence es presbítero misionero de la Consolata; actualmente trabaja en Colombia.  


lunes, 7 de diciembre de 2020

LA ESPIRITUALIDAD DE ADVIENTO

Después de la Solemnidad de Cristo Rey del universo que cierra siempre el año litúrgico y marca el inicio del nuevo, la Iglesia empieza a preparar a los fieles para entrar en el tiempo de Adviento. El Adviento es un tiempo de espera para la venida del Mesías en la vida de los creyentes. Evoca el tiempo antiguo de espera de la venida del Salvador que duró alrededor de cuatro mil años. Por eso, son cuatro semanas de este tiempo litúrgico a través de las cuales la Iglesia prepara a los fieles para la fiesta de la Natividad de Jesucristo. Ahora bien, es importante hacernos estas preguntas: ¿de que se trata el tiempo de Adviento? ¿Cuál es su espiritualidad? Se puede entender el Adviento y su espiritualidad de la siguiente manera que se describe a continuación:  

Tiempo de preparación: El Adviento es tiempo por medio del cual la Iglesia prepara a los fieles para la celebración de la fiesta de Navidad. La Iglesia prepara a los creyentes a través de 4 semanas que anteceden a la Navidad con el fin de recibir a Cristo y celebrar con Él su presencia entre nosotros. En la primera semana de adviento, predomina siempre el mensaje de vigilancia para que los fieles no se descuiden espiritualmente. La segunda semana se resalta el mensaje de conversión, pues los fieles están llamados a una conversión en todos los aspectos de su vida. En la tercera semana prevalece el testimonio de la santísima virgen Maria, la mujer escogida por Dios para ser la madre del Salvador. En la cuarta semana predomina el anuncio del nacimiento del Mesías hecho a la santísima Virgen Maria y a san José. Todo ello, ayuda a los fieles a prepararse adecuadamente para que el nacimiento de Cristo se haga realidad en su propia vida, en las familias y en todas las estructuras de la vida humana. 

Tiempo de conversión: El Adviento es tiempo de conversión. La conversión tiene que ver con la transformación interior de cada persona. No hay una conversión verdadera si no se da en lo interior de la persona. La celebración de la Navidad no puede quedarse en simplemente una celebración meramente exterior, no puede reducirse solo a las celebraciones meramente mundanas, tampoco puede reducirse a un asunto comercial y turístico; debe celebrarse desde la acogida personal de Cristo quien nace para transformar plenamente al ser humano. Por lo tanto, la conversión es fruto de la necesidad de estar cerca a Dios y esa es la razón principal de dejar todo aquello que obstaculiza la conversión de la persona que se da por medio del encuentro con Jesucristo.  Por ello, el Adviento es tiempo para la conversión de la persona que es el enfoque principal del proyecto de la salvación de Dios.

Tiempo para la evangelización: La evangelización es la tarea maestra de la Iglesia, pues ella existe para evangelizar. Para ello, el Adviento es el tiempo propicio para la proclamación del evangelio. La evangelización es el anuncio de Jesucristo y su mensaje. No hay tiempo mejor para proclamar a Jesucristo, el Salvador del mundo, como en este tiempo de Adviento. En Adviento se enfatiza las dos venidas de Jesucristo, esto es, la venida histórica de Jesucristo y su venida escatológica. Asimismo, se da a conocer la Promesa de Dios que los profetas venían anunciando cuyo cumplimiento se dio por medio de Jesucristo nacido de la virgen Maria. Se evangeliza tambien a través de la novena de Navidad que tiene mucha acogida entre los niños y adultos, los conciertos de cantos navideños, entre otros. En fin, el adviento es un  momento importante para la evangelización.

LA VIVENCIA DE ADVIENTO

En lo cultural: El tiempo de Adviento está muy ligado a la celebración de la Navidad y por eso, se vive también de forma cultural, pues es un tiempo diferente de otros tiempos del año. En muchos pueblos del mundo, se experimentan cambios drásticos en la forma de vivir cuando llega el tiempo de Adviento. Durante este tiempo litúrgico muchos pueblos están coloridos de alumbrados, se arman pesebres en las casas y los lugares públicos, los canales de televisiones están llenos de avisos alusivos a la Navidad, fluye bastante el comercio, entre otros. En este tiempo de Adviento, muchas personas buscan la reconciliación consigo mismas, con Dios y con sus semejantes, las familias forjan la unidad entre sí y se reconcilian las que estaban divididas; pues todo tiene la inspiración desde Cristo quien con su Encarnación hizo todo nuevo y diferente.

En lo litúrgico: con el Adviento se inicia el año nuevo litúrgico. Se manifiesta este tiempo litúrgico con el color morado. El color litúrgico morado utilizado durante el Adviento y la Cuaresma simboliza la penitencia, la vigilia, la preparación y el sacrificio. Se coloca cerca el altar la corona de Adviento con cuatro velas: tres moradas y una rosada. Las moradas simbolizan la vigilancia y la preparación que los cristianos deben tener para la llegada del Mesías, y la rosada que se enciende en la cuarta semana de adviento, simboliza el gozo de los cristianos al acercarse a la fiesta del nacimiento de Jesucristo, único Salvador del mundo.  Asimismo, en el Adviento no se canta el himno de Gloria, pues es entonado durante la noche Buena para dar gloria a Dios por el Nacimiento del Salvador. En la celebración de la Eucaristía, se utilizan cantos que dan mensajes alusivos a la llegada de Mesías tal como lo anunciaron los profetas. Así que, la liturgia es el espacio privilegiado para la vivencia de Adviento y ésta ayuda a que el cristiano católico pueda preparase adecuadamente para la celebración de la Natividad de Jesucristo.

En lo espiritual: el tiempo de Adviento se vive espiritualmente. La mayor preparación que se vive en Adviento se da en la parte espiritual de los fieles. En este tiempo litúrgico, la Iglesia anima el crecimiento espiritual de los fieles. Para ello,  el adviento es tiempo para la revisión de la vida de cada persona para que sea morada digna de Cristo que nace para estar con nosotros. El Adviento es tiempo para la transformación interior de cada persona. Para ello, la iglesia exhorta a los fieles acudir con frecuencia al Sacramento de Penitencia con el fin de prepararse mejor espiritualmente para el nacimiento de Cristo en su vida.  Se vive lo espiritual en Adviento a través de los retiros espirituales para todas las generaciones: niños, adolescentes, jóvenes, familias, parejas, entre otros. Se puede colegir que, no se puede vivir mejor el tiempo de Adviento y la Navidad sin la preparación espiritual de los fieles, pues la iglesia hace todo lo posible para que ellos sean preparados espiritualmente.

Conclusión

El tiempo de Adviento es muy valioso para el cristiano. Permite que haya conciencia de espera, vigilancia y preparación de parte de los fieles para la llegada del Salvador del mundo. Este tiempo nos ayuda a conocer la historia de nuestra salvación a través de los profetas que anunciaron la llegada del Mesías. Así que, si el cristiano no se prepara espiritualmente durante el Adviento, puede ser que tampoco la celebración de la Natividad de Cristo le tenga mucho sentido.

 

 

 

 

 

 

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