El fin del año y el nuevo año siempre son dos fiestas
que se celebran en cada rincón del mundo. Ambas celebraciones están muy
relacionadas entre sí. Todas las culturas bien sean cristianas, musulmanas, hindúes,
africanas, entre otros, celebran el fin del año para dar la bienvenida al año
que viene. Cada cultura lo hace a su manera de acuerdo a las costumbres
particulares que la rigen. En el mundo cristiano-católico, el motivo de la celebración
del fin del año es agradecer al Señor por todo lo que ha hecho por su pueblo a
lo largo del año y como una manera de encomendarse a Él en el nuevo año.
El beato José Allamano, como buen seguidor de Jesucristo
solía dar algunas exhortaciones a sus hijos e hijas: los misioneros y las
misioneras de la Consolata sobre la celebración del fin del año y la del nuevo año.
Sus orientaciones siguen siendo validas para todos nosotros.
Lo
que dice el beato José Allamano sobre la celebración del fin del año.
De entrada, nos hacemos la pregunta, ¿qué significa el
fin del año para el beato José Allamano? ¿Qué recomendaciones solía darles a
los misioneros y las misioneras de la Consolata sobre la celebración del fin
del año?
Para el beato José Allamano, la celebración del fin
del año es un momento para hacer el balance final del año y para realizar la programación
del futuro. En este sentido, hay que mirar
bien las ganancias y las perdidas del año. Para José Allamano, las ganancias del
año son las gracias recibidas tanto naturales como sobrenaturales (cfr. Así los quiero, p. 103). Las gracias en
orden natural son la conservación de la vida, la salud física, entre otros. Las
gracias en el orden sobrenatural tienen que ver con la vocación y la
perseverancia en ella, la buena voluntad para responder a la vocación, la corrección
de los defectos, la mortificación interna y externa, los sacramentos
celebrados, entre otros. Todo ello, es motivo de agradecer al Señor “porque sin él no podemos hacer nada, ni
mucho ni poco, ¡nada!” (Así los quiero,
p. 104).
Asimismo, la celebración del fin del año es momento para
evaluar la vida en cuanto las perdidas del año. Es importante saber que ninguna perdida
proviene de Dios. Las pérdidas para evaluar seria el desanimo, poco crecimiento
en los aspectos que atañen nuestra vocación religioso-misionera, falta de
voluntad, las imperfecciones de la vida, etc (cfr. Asi los quiero, p. 105). Las pérdidas siempre se arreglan cada día
con la renovación individual y comunitaria, sobre todo, en momentos de retiros mensuales
y anuales.
Lo
que dice José Allamano acerca de la celebración del año nuevo.
El beato José Allamano no sólo da las recomendaciones
sobre la celebración del fin del año, sino también nos ilumina acerca de cómo
se puede celebrar dignamente el año nuevo. Advierte que, hay que empezar el año
nuevo con energía y animo: “empecemos el año con energía y de igual modo todos
los días, cada momento, sin desanimarnos nunca. Este es el espíritu con el que
tenemos que emprender el nuevo año” (Así
los quiero, p. 104). José Allamano exhorta a que se inicie el año nuevo con
buena voluntad para poder responder a cada gracia que se nos presenta en cada
momento del año.
El beato José Allamano nos invita a que vivamos el año
nuevo con buen comportamiento. De hecho dice “en este año es necesario que nos
comportemos como si fuera el ultimo de nuestra vida” (Así los quiero, p. 105). Lo que nos quiere decir es que, es
importante hacer bien nuestro quehacer con buena voluntad y convicción. Hacer cosas
como si fuera el último momento de nuestra vida es entregarse con disciplina a
cualquier cosa que hagamos para que el nombre del Señor se glorifique a través de
nuestro trabajo. Comportarse como si fuera el último año de nuestra vida es
pensar no solo en el presente, sino también en el futuro de nuestra existencia
y la de los demás. Para ello, repetía con frecuencia “el bien hay que hacerlo
bien sin ruido”.
Celebrar el año nuevo, según el beato José Allamano,
es apuntar bien la mira. Apuntar la mira es enfocarnos siempre en lo que atañe
a nuestra vocación, es decir, el por qué somos misioneros y misioneras de la
Consolata. Apuntar bien la mira, es no perder el norte de lo que corresponde a
nuestra vida misionera. Es vivir de acuerdo a la voluntad de Dios inclusive en
las pequeñas circunstancias de nuestra vida. Vivir según la voluntad implica
hacer examen de conciencia para que donde haya debilidades, “tratemos de
repararlas enseguida; que no haya ningún día inútil. ¡Que el nuevo año sea un año
con tanta bendiciones, para nuestros Institutos, para las misiones, para los
misioneros y las misioneras!” (Así los
quiero, p. 106).
En resumen, el beato José Allamano nos recomienda
vivir el año nuevo con ánimo y ardor misionero, hacer balance de ganancias y pérdidas
del año anterior, hacer todo de acuerdo a la voluntad de Dios, responder
afirmativamente a la vocación misionera que el Señor nos dio, hacer examen
preventivo en momentos de debilidades, entre otros. Son recomendaciones de
quien es padre y maestro de misioneros y misioneras, de quien vivió según la
voluntad de Dios, de quien trabajó fuertemente para que el reino de Dios se
extendiera a los pueblos menos conocidos, de quien fundó dos institutos misioneros en
pro de la misión Ad gentes.
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