Cada 21 de mayo, se evoca la conmemoración de la abolición
de la esclavitud en Colombia que se dio por la primera vez el 21 de mayo de
1851 bajo la presidencia de José Hilario López. Para el pueblo afrocolombiano,
la mencionada fecha es imprescindible porque marca la primacía de la justicia
sobre la injusticia, la libertad sobre la opresión, el derecho sobre la
ilegalidad, la vida sobre la muerte, y sobre todo, marca la construcción permanente
de la afrocolombianidad o la identidad étnica afrocolombiana.
Es importante notar que, la afrocolombianidad tiene
que ver con el conjunto de aportes y contribuciones tanto materiales como
espirituales desarrollados por las comunidades afrocolombianas en el proceso de
construcción y desarrollo de la sociedad
colombiana. Vale recordar que, el día de la afrocolombianidad tal como se
celebra hoy, fue instituido en 2001 por el Congreso de la Republica de Colombia
bajo la presidencia de Andrés Pastrana Arango. A través de la ley 725 del año
2001, el Congreso de Colombia estableció el 21 de mayo como el día de la
Afrocolombianidad. Desde entonces diversas instituciones reúnen esfuerzos para
hacer de esta fecha una oportunidad de sensibilizar el sentido de igualdad y
reconocimiento cultural en el país.
Teniendo en cuenta la trascendentalidad de la
afrocolombianidad, cada año la pastoral afro de la arquidiócesis de Cali liderada
por los misioneros de la Consolata, conmemora y celebra el 21 de mayo con la Eucaristía
afro. Es un acontecimiento que hace recordar las luchas de muchos hombres y
muchas mujeres que dieron su vida para la libertad de este pueblo. De igual
manera, es una ocasión que llama a todo el pueblo colombiano a comprometerse
para construir un mundo mejor donde reine el reconocimiento de la diversidad
cultural. La celebración del día de la afrocolombiana engendra esperanza en las
comunidades afrocolombianas de seguir luchando sin desfallecer por una sociedad
de igualdad, justicia, derecho y paz.
La celebración eucarística de la conmemoración de los
165 de la abolición de la esclavitud se dio el 18 de mayo de 2016, y fue
presidida por el arzobispo de Cali, monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía en
la parroquia santa Marta de Betania, en el corregimiento de Quinamayo, Jamundí. Dicha parroquia es
netamente afro en términos de la cosmovisión e idiosincrasia de sus habitantes.
En su homilía,
el arzobispo enfatizó en el tema de la justicia, igualdad, y paz entre las comunidades
afrocolombianas. Puso de manifiesto que el día de la afrocolombianidad debería recordar
a todo el pueblo colombiano a luchar contra la discriminación racial de la cual
el pueblo afro ha sido víctima, y otras esclavitudes modernas que siguen
encadenando a muchos pueblos. Monseñor Darío utilizó la ocasión de la celebración
del día de la Afrocolombianidad para llamar al pueblo afrocolombiano a la
unidad: “la unidad es importante para que el pueblo afrocolombiano pueda confrontar
los desafíos causados por las estructuras injustas de la sociedad. Hay que
superarlos con unidad interna del pueblo.”
Esta celebración vio la presencia de varias
comunidades afrocolombianas tanto las de la arquidiócesis de Cali como las de
la arquidiócesis de Popayán. Hubo también la presencia de misioneros
franciscanos, los de la Consolata, las del Divino Espíritu que trabajan en esa
comunidad, y varios sacerdotes diocesanos. Todos con un solo motivo: agradecer
a Dios por los 165 años de la abolición de la esclavitud en Colombia,
acontecimiento que marcó y sigue marcando la construcción permanente de la
afrocolombianidad.
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