Es importante notar que, en el siglo XII nació la fiesta
de la devoción de los treinta días a la Virgen María que tenía lugar entre la
segunda quincena de agosto y la primera de septiembre. Sin embargo, un mes entero dedicado a la Virgen María se
remonta al siglo XVII. En ese tiempo, el mes de la Virgen María incluía treinta
ejercicios espirituales en honor a Ella. Fue en esta época que se incluyó un
culto especial a la Virgen María en el mes de mayo, que es el que ha llegado
hasta hoy. Actualmente, desde el nivel familiar,
parroquial y diocesano, se realizan varias actividades como el rezo del rosario
diario para intensificar la devoción a la Virgen María.
La
exhortación del beato José Allamano acerca del mes de la Virgen María.
El beato José Allamano era extraordinariamente devoto a
la Virgen María bajo la advocación de La Consolata. Su vida espiritual era
inseparable de la Santísima Virgen María. Para él, la Virgen Consolata era
todo. Inclusive, los dos Institutos misioneros fundados por él llevan el nombre
de la Virgen Consolata. Por eso, para él, el mes de mayo es muy importante por
ser un mes dedicado a la Madre de Dios.
Según el beato José Allamano, la Virgen María es camino
seguro para llegar a Jesús. Sencillamente no se puede llegar a Jesús sino por
María. Al respecto dice José Allamano: “Si uno quiere salvarse sin pasar por
María se equivoca. ¡A Jesús por María!
(Así los quiero, p. 220). Según el José Allamano la Virgen María es canal de gracia porque
todas las gracias de Dios pasan por Ella. Además la Madre de Dios es garantía
de santificación, pues “quien quiera alcanzar la santidad sin la Virgen, es
como quien pretende volar sin alas. Todos los santos fueron devotos de la
Virgen María” (Así los quiero, p. 220).
Para ello, para José Allamano es muy importante el mes de
mayo especialmente para los misioneros y las misioneras de la Consolata debido
a las siguientes razones:
1. Por ser
hijos e hijas de la Consolata: Los
misioneros de la Consolata son marianos por excelencia. La devoción a la
santísima Virgen María bajo la advocación
de la Consolata hace parte del ser de los misioneros y las misioneras de
la Consolata. Al respecto afirma el beato José Allamano: “Como hijos e hijas de
la Consolata, vivamos bien el mes dedicado a María Santísima. Si todos
deberíamos ser afectuosos con María, con más razón los misioneros y las
misioneras. Por tanto tratemos de santificar este mes honrándola y creciendo
cada vez más en el amor hacia Ella” (Así los quiero, p. 234). Aunque en el mes de
mayo, todos los fieles católicos están llamados a acrecentar su devoción a la
Virgen María, para los misioneros y las misioneras de la Consolata, les incumbe
hacerlo con mayor fervor por ser hijos e hijas de la Virgen Consolata, su Madre
y Fundadora de las comunidades misioneras a las que pertenecen.
2. Imitar
las virtudes de María: San
Luis de Montfort en su obra espiritual mariana “Tratado de la Verdadera
Devoción a la Santísima Virgen María” resaltó diez de las virtudes más
importantes de la santísima Virgen María. Ellas son: la humildad profunda, la
fe viva, la obediencia ciega, la oración continua, la mortificación universal,
la pureza divina, el amor ardiente, la paciencia heroica, la dulzura angelical,
y la sabiduría divina. Para ello, el mes
de mayo es para imitar las virtudes de la Virgen María. Al respecto dice el
beato José Allamano que “tratemos de vivir este mes esforzándonos por crecer en
la virtud que la Virgen nos sugiera: oraciones, homenajes, actos de virtud.
Esto es lo que debemos hacer en este mes para honrar a María” (Así los quiero,
p. 234).
3. Amar más
a la Virgen María: La Virgen María es
Madre de amor y misericordia. Vale recordar que ante la escasez del vino en las
bodas de Caná, Ella intercedió ante su Hijo, nuestro Señor Jesucristo para que la
situación se mejorara. Recomendó con
amor a los sirvientes hacer lo que Jesús les dijera (Jn
2:5–9). Su intervención amorosa
aportó a la felicidad de toda la boda, pues Jesús convirtió el agua en vino. El
beato José Allamano sintetiza la invitación de amar a la Virgen María
con esta frase: “Quiero que para ustedes sea el mes de María todo el año, porque
deben estar como enamorados de la Virgen” (Así los quiero, p. 235).
4. María es Patrona y Protectora de misioneros y misioneras de la Consolata: Para los misioneros y las misioneras de la Consolata, el mes de mayo es muy especial, pues la Virgen Consolata es la Patrona y Protectora especial de los dos Institutos fundados por el beato José Allamano. Sobre eso, afirma el beato José Allamano: “Ella sigue haciéndonos ver que ama a nuestro Instituto. ¡La he puesto como Patrona y Protectora para que se ocupe ella! (Así los quiero, p. 235). Así que, en este mes de mayo, es importante encomendar a la Virgen Maria la obra evangelizadora de los misioneros, pues Ella es la primera misionera de Jesucristo y la mayor intercesora de la Iglesia misionera.
Conclusión
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