Amor a Jesús: El amor a Jesús es la primera condición para la salida misionera. El
evangelizador sale únicamente para anunciar que Jesucristo es el Salvador del
mundo. Sale para anunciar a Jesucristo especialmente a los que todavía no lo
conocen (misión ad gentes) o a los que se han alejado de
Él (Nueva Evangelización). Así que la salida misionera no tiene otro fin que anunciar
que Jesucristo es siempre la fuente de alegría y luz para el hombre y la mujer
de cada generación. Por eso, cada evangelizador debe ser un enamorado de
Jesucristo, porque es enviado por la Iglesia para anunciarlo a la gente en
cualquier lugar donde se encuentre. Sin embargo, es imposible anunciar a
Jesucristo sin tener el amor profundo a Él. Pues nadie da lo que no tiene. El amor
a Jesucristo es el elemento fundamental para la salida misionera con el fin de
que, Cristo sea conocido y amado por aquellos que, tal vez, no lo conocen o por
los que se ha alejado de la fe y de la Iglesia.
Aprender de los grandes
evangelizadores de la Iglesia: El arte de evangelizar se puede aprender de los grandes
evangelizadores que la iglesia ha tenido a lo largo de la historia. Ellos
bebieron de la escuela de Jesús, modelo por excelencia de la salida misionera.
De verdad son incontables los grandes evangelizadores que la Iglesia ha tenido,
sin embargo, se puede destacar el ejemplo de algunos. Los apóstoles son los
primeros ejemplos de la misión en salida. Ellos fueron los testigos oculares de
las salidas misioneras de Jesucristo a diferentes sitios. Lo acompañaban en
varias salidas misioneras que realizaba en varios lugares y dé Él aprendieron
la pedagogía de la misión en salida. Después de la Ascensión del Señor, los
apóstoles fueron dispersados en diferentes lugares donde evangelizaron y
formaron las Iglesias locales: Pedro en Roma, Santiago el menor en Jerusalén,
Andrés fue el fundador de la iglesia Bizancio, Pablo el gran misionero de los
gentiles y fundador de las comunidades cristianas en Corinto, Tesalónica, Roma,
Gálatas, Éfeso, entre otros. Todas esas iglesias se fundaron como fruto de la
misión en salida. A lo largo de la
historia, la iglesia ha tenido muchos evangelizadores como santos Cirilo y
Metodio, apóstoles de los eslavos, Mateo Ricci, san Francisco Javier, san Daniel
Comboni, Cardenal Charles Martial Lavigerie, santa Madre Laura Montoya, san
Juan Bosco, san Pedro Claver, beato José Allamano, entre otros. Además, se
puede aprender de muchas comunidades religiosas misioneras tales como los
misioneros de la Consolata, los misioneros combonianos, los misioneros de
Africa, los Jesuitas, los Salesianos, los Agustinianos, los Javerianos de
Palma, etc. Esos evangelizadores y las comunidades religiosas misioneras
mencionadas, son ejemplos de la misión en salida y varias iglesias locales se
establecieron como fruto de su obra evangelizadora.
Ser consciente de que cada
bautizado es misionero: El bautismo nos hace
misioneros de Jesucristo. La tarea misionera es inherente al ser de todos los
bautizados. Cada bautizado es misionero porque el mandato misionero de
Jesucristo está dirigido a todos (Mt 28, 19-20). El mandato misionero no está
restringido a un grupo de personas particulares, tampoco está referido únicamente
a la jerarquía de la Iglesia, sino a todos los discípulos de Jesucristo. Cada
bautizado es misionero, es decir, es enviado por el mismo Jesucristo para que
anuncie que Él es el Salvador del mundo, y así sea conocido, amado y
santificado. Cada hombre o mujer, joven o niño, puede anunciar perfectamente a
Jesucristo con sus dones y carismas que Dios le ha concedido.
Amor a la periferia: La periferia es el termino que se suele utilizar para referirse a los
lugares apartados, lugares fuera del centro bien sea ciudades o lugares
cómodos. En las periferias viven personas pobres, personas discriminadas, personas
estigmatizadas, personas rechazadas por algunos en la sociedad, etc. Las
condiciones en las periferias a veces son infrahumanas, etc. Las condiciones de
vida a veces son precarias y las personas que viven ahí carecen de todo:
oportunidades, vida digna, etc. Pocas personas quieren identificarse con las
periferias. A veces algunos evangelizadores se identifican con las periferias.
Para ello, el amor a las periferias es muy fundamental para la salida
misionera. Para cualquier misionero, la periferia debe convertirse en un lugar
privilegiado para el anuncio de Jesucristo quien dignifica a hombres y mujeres
de cada época, lugar y generación.
Opción preferencial por los
pobres: La salida misionera está muy
relacionada con la opción preferencial por los pobres. “Para la Iglesia, la
opción por los pobres es una categoría teológica antes que cultural,
sociológica, política o filosófica. Dios les otorga su primera misericordia.
Esta preferencia divina tiene consecuencia en la vida de fe de todos los
cristianos, llamados a tener los mismos sentimientos de Jesucristo (Flp 2,59)”
(EG, no. 198). Los pobres en muchas veces son olvidados y excluidos. Viven en
lugares donde pocos quieren ir por la falta de comodidades en sus espacios. Son
personas con las cuales algunos no quieren identificarse. Inclusive, algunos
evangelizadores les cuesta ir a los lugares de los pobres. Sin embargo, todos los
evangelizadores están llamados a tener una opción preferencial por los pobres,
pues ellos son la primacía del Reino de Dios. Ellos son los preferidos de
Jesucristo y son la razón de ser de la misión evangelizadora de la Iglesia.
Salir de esquemas
estigmatizantes y miedos: La salida
misionera exige renuncias, nos pide siempre dejar lo que se conoce y emprender
un largo camino como Abraham a la tierra de Canaán (cfr. Gn 12, 1-6). Asimismo,
exige salir de miedos y esquemas de estigmatización que a veces poseemos
especialmente hacia los pobres y ciertas poblaciones. A veces son esquemas que
hemos heredado de la sociedad donde vivimos o nacimos. El misionero que anuncia
a Jesucristo a las poblaciones estigmatizadas, seguramente tiene que despojarse
de esquemas estigmatizantes para poder anunciarles a Aquel que es autor de vida
y salvación del mundo.
Conclusión
La salida misionera es la tarea de cada evangelizador. Ella es indudablemente
inseparable del anuncio del Evangelio. Difícilmente puede crecer la fe sin la misión
en salida. Para que la salida misionera sea exitosa, hay que aprender de
Jesucristo, pues es el ejemplo por excelencia de la salida misionera. Hay que
aprender tambien de los grandes evangelizadores que la iglesia ha tenido a lo
largo del tiempo.
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