“Mi visita pastoral a la República Centroafricana no estaría
completa sin este encuentro con la comunidad musulmana.” Estas palabras del
papa Francisco en la mezquita de Bangui sintetiza su compromiso con el dialogo
interreligioso entre cristianos y musulmanes. El lunes, 30 de noviembre de
2015, el santo padre visitó la mezquita central de la ciudad de Bangui con el
fin de recordarles a los cristianos y musulmanes que “son hermanos y que
detengan la violencia en la República Centroafricana.”
Es importante notar que, actualmente este país está
inmerso en un conflicto de índole étnico-religioso que ha costado la vida de
miles de personas en los últimos dos años. La presencia del sumo pontífice en
la mezquita de Bangui fue muy significativa, porque desde ella pidió que cada
quien trabajara por la paz y la reconciliación de toda la nación. “Juntos
digamos no al odio, a la venganza, a la violencia, en particular a la que se
comete en nombre de una religión o de Dios. Dios es paz, salam.”
Es preciso notar que,
la República Centroafricana se encuentra inmersa en una espiral de violencia
desde 2013, cuando los exrebeldes Séléka -de mayoría musulmana- derrocaron el gobierno
de François Bozizé y provocaran una reacción de las milicias antibalaka
-cristianos y animistas. En contra de esta violencia en esta nación, el santo
padre dijo: "sabemos bien que los últimos sucesos y la violencia que ha
golpeado su país no tenía un fundamento precisamente religioso. Quien dice que
cree en Dios ha de ser también un hombre o una mujer de paz".
Desde la mezquita, el
sumo pontífice animó a los líderes a que trabajen para que la República
Centroafricana "sea una casa acogedora para todos sus hijos, sin
distinción de etnia, adscripción política o confesión religiosa". De esta
forma, la nación podría "influir positivamente y ayudar a apagar los focos
de tensión todavía activos y que impiden a los africanos beneficiarse de ese
desarrollo que merecen y al que tienen derecho".
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