Momento
de dar gracias al Señor: Dice
san Pablo: “Estén siempre gozosos; oren sin
cesar; den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes
en Cristo Jesús” (1Tes 5:16-18).
La celebración del año nuevo es un momento oportuno para darle gracias al Señor
por el buen inicio del camino de los 365
días que componen el año. Agradecerle al Señor es reconocer que todo depende de
Él. Es reconocer que Dios es el Protagonista de la historia del mundo. Al
respecto afirma el beato José Allamano: “Esperemos llegar al final de este año
agradeciéndoselo, así como ayer por la noche le hemos agradecido el año que pasó”
(Así los quiero, p. 105).
Momento
de empezar con energía. El
nuevo año es un nuevo comienzo y nuevo amanecer. Es un nuevo camino que se
emprende pero hay que iniciarlo con energía y entusiasmo. Al respecto aclara
José Allamano: “Empecemos el año con energía y de igual modo todos los días,
cada momento, sin desanimarnos nunca. (…) Este es el espíritu con el que
tenemos que emprender el nuevo año” (Así los quiero, 104). Iniciar el nuevo año
con energía permite proyectar bien el camino pastoral de cada misión, permite evaluar
y discernir el quehacer misionero y hace que el misionero se comprometa de
lleno a la misión evangelizadora a la que está llamado a realizar con
fidelidad.
Momento
de pensar en el presente: El
nuevo año es una oportunidad de pensar en el tiempo presente. Aunque no se
pueda dejar de hacer la retrospección acerca del año pasado, la celebración del
nuevo año es un camino que requiere una proyección clara de cómo navegarlo
exitosamente. Para ello afirma José Allamano: “No pensemos más en el pasado; el
presente está en nuestras manos. Todos y todas llenos de buena voluntad” (Así
los quiero, p. 105). Así que, pensar en
el presente implica “estar atentos en responder a la gracia de cada uno de los
momentos que componen el año, no podremos volver atrás para recuperarla; como
el tiempo, la gracia que no sabemos recibir en su momento, se pierde para
siempre” (Así los quiero, p. 105). Pensar en el presente implica estar muy
atentos a los signos de los tiempos de cada año. Interpretar los signos de los
tiempos implica escuchar la voz de Dios que nos habla en cada momento coyuntural
de nuestra historia.
Momento
de pensar en nuestro comportamiento: Los
comportamientos tienen que ver con todas
aquellas reacciones que tienen los seres vivos en relación con el medio en el
que se encuentran.
El nuevo año es momento oportuno para pensar en nuestros comportamientos.
Acerca de eso dice José Allamano: “En
este nuevo año es necesario que nos comportemos como si fuera el ultimo de
nuestra vida. Si estuviéramos convencidos de esto, haríamos todo con más
voluntad” (Así los quiero, 105). Pensar en los comportamientos es hacerse esta
pregunta: ¿Cómo me comporté el año pasado? ¿Cómo voy a compórtame en este nuevo
año? ¿En que área de mi vida tengo que mejorar? ¿Cómo está mi relación con Dios
y el prójimo? ¿Qué hay que mejorar en el nuevo año? Esas preguntas permiten
hacer buena reflexión acerca de nuestros comportamientos. La reflexión, bien
sea personal o comunitaria, permite avanzar en los compromisos del presente y
largo plazo.
Momento
de hacer examen preventivo: El
beato José Allamano resalta la importancia de vivir el nuevo año con siempre el
examen preventivo: “Miren el año que tienen por delante y hagan un examen
preventivo. Como lo hacemos cada mañana frente a la jornada, lo mismo debemos
hacer con respecto a todo el año” (Así los quiero, 106). El examen preventivo
tiene que ver con prever, pensar y ordenar las actividades que se piensan
realizar en el nuevo año. Asimismo, tiene que ver con identificarnos con la
voluntad de Dios. Identificarse con la voluntad de Dios implica tener la
convicción de que todo lo que nos suceda está pensado y ordenado por Dios desde
la eternidad.
Momento de bendiciones: El año nuevo traer consigo muchas bendiciones de Dios. Por eso José Allamano afirma: ¡Que el nuevo año sea un año con tantas bendiciones, para nuestros Institutos, para las misiones, para los misioneros y las misioneras!” (Así los quiero, 106). Es un momento de agradecerle al Señor por todas las bendiciones recibidas en el año pasado y asimismo, momento para encomendarnos a Él en el nuevo año que apenas iniciamos. Por eso hay que apuntar bien la mira. Pues “tratemos de pasar este nuevo año lo mejor posible; si habrá debilidades, tratemos de repararlas enseguida; que no haya ningún día inútil” (Así los quiero, 106).
Conclusión
El nuevo año es siempre celebrado con entusiasmo en cada
rincón del orbe. Es un momento de agradecerle al Señor por las bendiciones
recibidas a lo largo del año pasado y oportunidad de encomendarnos a la divina
providencia en el año que apenas iniciamos. Como misioneros de la Consolata,
pidamos a la Virgen Consolata y el beato José Allamano que nos acompañen con su
divina intercesión en el año 2024.
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