El 23 de noviembre
del año en curso, el pueblo de Buenaventura realizó una caminata por la vida y
la tranquilidad en el territorio. Esta caminata se llevó a cabo como rechazo de
la masacre que hubo el 13 de noviembre entre las comunas 10, 11 y 12 que dejó 4
personas muertas. A raíz de esa situación, el obispo de la diócesis de Buenaventura,
monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya junto con los líderes del paro cívico
llamó al pueblo a marchar en pro de la vida y la tranquilidad de Buenaventura.
Esta marcha congregó a toda la ciudad en pro de una causa: el rechazo total de
la violencia y la matanza en el territorio bonaverense. Por lo general, la
caminata tuvo las siguientes características:
La
voz del obispo en pro de la defensa de la vida
La iglesia católica es
la institución más confiada en Buenaventura. Desde que aconteció la masacre el
13 de noviembre en algunos barrios, el obispo ha venido rechazando esos actos
pecaminosos. En incontables ocasiones ha llamado a los actores intelectuales de
la masacre a arrepentirse. Por ese motivo, se escogió este lema para la
caminata: “POR LA VIDA Y LA TRANQUILIDAD.” Cuando se finalizó la marcha en el
patio de la parroquia Cristo Redentor en el barrio Bolívar, el obispo pronunció
estas palabras en defensa de la vida: “no nacimos para matarnos, sino para la alegría,
por eso no queremos escuchar más balas en las calles, no queremos más el derramamiento
de sangre, más bien, queremos escuchar las voces de la marimba, las del guasá, las
del bombo y las voces de las personas cantando y danzando libremente porque
Dios nos regaló la vida para la alegría.” El clamor del obispo fue muy claro:
la vida es sagrada porque viene de Dios y por eso, ninguno tiene el derecho de quitársela
del otro.
Una
caminata realizada en la noche:
Se podría pensar que
la masacre que hubo el 13 de noviembre en algunas comunas de Buenaventura
impediría que la gente saliera a marchar por el miedo a los violentos. Asimismo, se podría pensar que la gente por el miedo no saldría a la calle, más aún de
noche para realizar la marcha en contra de la violencia. Además, normalmente en
Buenaventura llueve mucho en la tarde, y de hecho cayó un aguacero fuerte pero
la gente lo aguantó. A pesar de eso, el pueblo salió a defender su derecho a la
vida y a la dignidad que son derechos inherentes de cada persona. Con velas
encendidas y cantos de esperanza, el pueblo de Buenaventura marchó más de 10
kilómetros con optimismo para un futuro de
paz y tranquilidad en todo el territorio bonaverense.
Una
marcha de carácter ecuménico, interreligioso e intercultural
El ecumenismo siempre
busca la unidad de los cristianos y el diálogo interreligioso busca la relación
mutua y respetuosa de personas de diferentes religiones y culturas. Se dio todo
eso en la marcha. La caminata por la vida y la tranquilidad de Buenaventura vio
la participación de las parroquias, las comunidades religiosas y varios movimientos
apostólicos. Se vio la participación de comunidades indígenas representadas por
la guardia indígena. Hubo la presencia de pastores de diferentes iglesias evangélicas.
Todos marchaban juntos, cantaban y danzaban juntos dando el mensaje de rechazo
contra la violencia que aqueja a Buenaventura.
Una
marcha donde los políticos participaron junto con la iglesia
A diferencia de las
marchas anteriores donde la administración distrital de Buenaventura casi no
participaba, esta vez hubo la participación del alcalde encargado junto con
unos miembros de su gabinete. Hubo la participación de los presidentes de las
juntas de acción comunal de Buenaventura. Se vio también la presencia del
senador de la República Alexander Amaya, y representantes de varios políticos
tanto de Buenaventura como del departamento del Valle de Cauca. La presencia de
ellos a una marcha convocada por la iglesia y los discursos que pronunciaron en
pro de la vida, dieron esperanza a todo el pueblo.
En recapitulación, la
caminata por la vida y la tranquilidad generó mucha esperanza para el pueblo de
Buenaventura. Gracias a ella, la mayoría de la gente que no salía de noche por
el miedo volvió a cobrar la confianza. Gracias a la caminata, varias personas
pudieron pronunciarse abiertamente en contra de los autores de la violencia que
aqueja fuertemente al pueblo bonaverense.