El 11 de diciembre de 2016 será imborrable en la
memoria histórica del Instituto de la Consolata para Misiones, pues fue la
apertura oficial del Instituto en la diócesis de Buenaventura. Es importante
notar que hace 69 años, los primeros 5 misioneros de la Consolata llegaron a
Colombia pasando por el puerto de Buenaventura. Llegaron el 12 de diciembre, día
de la fiesta de nuestra Señora de Guadalupe, patrona de América. Eran los
padres: Antonio Torasso, superior del grupo, Juan Bautista Migani, Domingo
Galbusera, Juan Boetti y Juan Berloffa. Llegaban
a Colombia, enviados por padre Gaudenzio Barlassina, superior general, en
respuesta a la petición de monseñor Ismael
Perdomo, arzobispo de Bogotá, que
en un viaje a Roma había pedido el envío de misioneros frente a la escasez de
sacerdotes, especialmente en el Magdalena Medio.
Vale notar que, fue en Buenaventura donde los primeros
misioneros de la Consolata tuvieron el primer contacto no solo con el pueblo
afrocolombiano, sino tambien con el pueblo colombiano en general. La apertura
del Instituto a la diócesis de Buenaventura el día 11 de diciembre tenía como
motivo recordar el día en que los primeros misioneros de la Consolata llegaron
a Colombia pasando por el puerto de Buenaventura. No se pudo realizarla el 12
de diciembre por ser lunes, pero se escogió el 11 de diciembre por ser un
domingo y por estar muy cerca a la fecha exacta.
La apertura a
la diócesis de Buenaventura, por una parte, respondía a la invitación constante
que el obispo de Buenaventura monseñor Héctor Epalza Quintero venía haciendo al
Instituto y por otra parte, era dar una respuesta contundente a la reflexión
que se venía haciendo a través de varias conferencias y asambleas regionales en
pro de una apertura hacia la costa pacífica. La escogencia de la diócesis de
Buenaventura, particularmente, la capilla san Martin de Porres, era porque la
mayoría de sus habitantes son afrodescendientes y eso facilitaría el trabajo
con la pastoral afro, motivo principal por el cual el Instituto abrió la
presencia en la diócesis de Buenaventura.
La misa de apertura fue presidida por mons. Héctor
Epalza Quintero, obispo de la diócesis. En la homilía, agradeció a los
misioneros de la Consolata por haber aceptado extender su carisma misionero a
la diócesis de Buenaventura. Les agradeció tambien por haber dado el testimonio
de una Iglesia en salida, exhortación que el papa Francisco hace con constancia
a todos los cristianos católicos. Estuvieron presentes varios misioneros de la
Consolata liderados por el padre Armando Olaya, superior regional en
Colombia-Ecuador. Asimismo, acompañaron varias comunidades religiosas y varios
sacerdotes diocesanos. Con la ceremonia de apertura, los misioneros de la
Consolata se encargarán del cuidado pastoral del sector de san Martin de Porres
que en un futuro próximo se convertirá en parroquia. Desde ahí trabajarán en la
pastoral afro de la diócesis y en otros servicios pastorales que el obispo les
pida.
Hechos previos a la apertura oficial del Instituto en
la diócesis de Buenaventura.
La
apertura oficial del Instituto de la Consolata para Misiones en la diócesis de
Buenaventura fue precedida por algunos acontecimientos importantes que valen la
pena mencionar. El 30 de noviembre de 2015, fiesta de San Andrés, se inició
formalmente los diálogos entre la diócesis de Buenaventura y el Instituto. Esos
diálogos sirvieron de base para la exploración oficial de parte de los
Misioneros de la Consolata quienes nos habíamos propuesto fortalecer nuestra
presencia desde la Pastoral Afro en el pacifico colombiano (X Conferencia
Regional). Fue una iniciativa que coincidió con la invitación insistente que el
obispo de Buenaventura le había venido haciendo al Instituto. A esta cita participaron los padres: Kennedy
Kimathi IMC y Venanzio Mwangi IMC, quienes representaron al superior regional,
padre Angelo Casadei y el consejo. A su vez, la diócesis de Buenaventura fue
representado por el Obispo, mons. Héctor Epalza Quintero y los padres: Enrique
– Vicario General- y Javier Góngora – Canciller.
El 7 de marzo de 2016, los padres: Armando Olaya, Ricardo
Bocanegra, Venanzio Mwangi y Lawrence Ssimbwa representaron al superior
regional, padre Angelo Casadei en la exploración de posibles lugares para el
inicio de la presencia del Instituto en la diócesis de Buenaventura. Entre los
lugares explorados, los padres escogieron la capilla san Martin de Porres, propuesta
que presentaron al superior regional y el consejo. Se escogió la capilla san
Martin de Porres por ser una periferia adecuada para la pastoral afrocolombiana
en la diócesis. Del mismo modo, esa propuesta fue presentada a la asamblea
regional del mes abril del mismo año donde unánimemente fue aceptada por los
misioneros. El 12 de septiembre del mismo año, la Dirección General aprobó la
apertura del Instituto en Buenaventura y el 28 del mismo mes el superior
regional, padre Armando Olaya y el consejo fueron a comunicarle al obispo la
decisión de abrir la presencia del Instituto en la diócesis de Buenaventura y
el inicio de trabajo con la pastoral afrocolombiana en dicha diócesis. El 12 de
octubre, fiesta de nuestra señora del Pilar y día de la raza, padre Armando
presentó al obispo los primeros misioneros de la Consolata destinados a
Buenaventura: padre Ssimbwa Lawrence y el profeso Leovilgildo Carlos Ussene. El
22 del mismo mes, éstos oficialmente llegaron a Buenaventura con el motivo de
ir insertándose y acercándose a la realidad de la misión que iban a realizar en
la diócesis desde la capilla san Martin de Porres. Se alojaron en la parroquia
madre san Jose obrero desde donde visitaban con frecuencia la capilla san
Martin de Porres para varias ceremonias litúrgicas.
Lo que será el trabajo de los misioneros de la
Consolata en Buenaventura.
Los misioneros de la Consolata están en la diócesis de
Buenaventura con el motivo de trabajar en la pastoral afrocolombiana. Ese es el
motivo principal, aunque no se pueda anular la colaboración en otras
actividades pastorales prescritas en el plan pastoral de la diócesis. Es
importante notar que los afrodescendientes conforman el 88.5% de la población
de Buenaventura. Eso explica el por qué no se puede prescindir de la
importancia de la pastoral afro en la diócesis. Vale notar que se empezó el camino
de la pastoral afro desde el tiempo de monseñor Geraldo Valencia Cano, primer vicario
apostólico de Buenaventura, pero se fortaleció más en el tiempo de mons.
Heriberto Correo Yepez en cuyo episcopado se vio la celebración del primer EPA
(encuentro de pastoral afro) a nivel continental. Sin embargo, la pastoral afro
se fue debilitando, aunque durante el episcopado de monseñor Rigoberto Corredor
Bermúdez, primer obispo diocesano de Buenaventura, se incluyó en el plan
pastoral de la diócesis, el ministerio de inculturación con el motivo de
fortalecer la identidad cristiana del afro bonaverense sin olvidar su identidad
cultural.
Actualmente la pastoral afro de la diócesis ha estado en
manos de CEPAC (Corporación Centro de Pastoral Afrocolombiana), corporación que
se creó en 1994 a fin de gestionar proyectos para apoyar las actividades de
pastoral afro. Eso ha hecho que no fuera considerada parte integral de la
diócesis, sino que una corporación netamente social sin ninguna incidencia en
la iglesia local. Con la llegada de los misioneros de la Consolata a la
diócesis, el obispo aspira que sean ellos el punto articulador de la pastoral
afro en la diócesis. Quiere que la pastoral afro sea una pastoral diocesana,
que no sea un asunto aislado de la comunión diocesana y que esté en sintonía
con el plan pastoral de la diócesis. Desde la capilla san Martín de Porres que
se convertirá en parroquia, los misioneros de la Consolata esperan continuar
con el trabajo de la pastoral afro que se ha venido trazando en la diócesis.
Suplicamos a Nuestra Señora de la Consolata y el beato
José Allamano, que intercedan por el trabajo que los misioneros de la Consolata
van a realizar en la diócesis de Buenaventura.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario